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En la sede del gobierno porteño se percibe la calma del viernes feriado. En medio de una gran soledad ambiente, Marcos Peña, futuro jefe de Gabinete, destinado a ser el hombre fuerte de la gestión de Mauricio Macri, trata de transmitir su convicción de que el escenario en el que deberán gobernar a partir del 10 de diciembre los enfrentará con dificultades importantes, que serán compensadas por un clima de diálogo y reactivación en el funcionamiento del Estado.
Reconoce que la situación económica "a medida que uno va profundizando, genera ciertas luces de preocupación", y admite que para los primeros meses no imagina que "será ni todo complicado ni todo favorable".
Peña ratifica además la decisión de modificar Ganancias y eliminar el cepo en los primeros días de gestión, así como de convocar a gremios y empresarios para acordar un esquema de precios y salarios. Se muestra firme cuando se lo consulta sobre la actitud que tendrá el futuro gobierno ante las protestas sociales y dice que "se cumplirá la ley". Y en el plano internacional asume que el planteo de suspender a Venezuela del Mercosur generará roces con Brasil.
-¿Después de la ríspida reunión entre Cristina y Macri, ahora parece haber un deshielo con el Gobierno?
-A medida que pasan los días se va reduciendo la tensión, y la cosa va fluyendo. Hay un contexto que es nuevo: ni ellos entregaron nunca el poder, ni nosotros asumimos nunca el poder. Además de que somos muy distintos política y humanamente. Quizás el hecho de que se hayan encontrado solos no favoreció un clima más relajado. Pero todo lo que se hizo después es por definición entre ellos dos. Además, el Estado nunca se detiene. Por ejemplo la cumbre ambiental de París empezará con un gobierno y terminará con el nuestro, y ahí nos vamos a sumar a la delegación oficial, y probablemente tengamos una propuesta distinta.
-¿La situación económica es mejor o peor de lo que imaginaban?
-Depende del plano. Está claro que en algunas cosas el deterioro de la administración y de la situación económica, a medida que uno va profundizando, genera ciertas luces de preocupación. Por otro lado, hay una enorme cantidad de oportunidades, nuevos proyectos e inversiones que surgen con el cambio de aire que genera la alternancia, que nos llenan de optimismo. En los primeros meses, no me imagino que sea ni todo complicado ni todo favorable, pero va a estar dominado por el clima de esperanza.
-¿Tienen preocupación por lo que pueda pasar a fin de año: turbulencias económicas, protestas, etc.?
-Esperamos que el clima de fin de año profundice el entusiasmo y la esperanza. Tendremos un diciembre lleno de noticias, de novedades, que nos van a mostrar lo parado que está el país desde hace muchos años. Cada gobernador, empresario, emprendedor que se nos cruza trae una lista de proyectos que se podrían hacer ya, y que no se han hecho porque no había interlocutores o disposición.
-¿Y las convocatorias de Bonafini y La Cámpora para el 10 de diciembre?
-No es algo que nos preocupe. La sociedad teme que esto sea un sueño, que continúe lo que no queremos más; por eso ante la menor señal pensamos que va a seguir la Argentina dividida, violenta, tensa. No hay que tener miedo, habrá gente que se adapte y gente que no a ese nuevo clima, pero la amplísima mayoría de los argentinos no quiere más esa dinámica de pelea y tensión.
-¿Cuáles serán las nuevas escalas en el impuesto a las Ganancias?
-Las precisiones las va a dar la semana que viene el equipo económico. Pero las decisiones políticas que se tomaron en la campaña se cumplen: se va actualizar y a eliminar lo que ha sido una estafa con Ganancias, no haber corrido el piso acorde con la inflación; se va a avanzar con el fin del cepo para normalizar el mercado de cambios.
-¿Hay definición de plazos?
-Es una decisión que se tomará al principio del gobierno; podrá variar en uno o dos días, pero se hará al principio del gobierno, apenas asumamos.
-¿Eso depende de que puedan llegar a acuerdos con bancos y grupos inversores para fortalecer las reservas?
-El gabinete va a plantear la capacidad del Estado para administrar la economía. Pero lo esencial es esta energía de inversión de argentinos y extranjeros; nos permite ver un clima económico contrario al clima que se teme y que lleve a una corrida o algo así. Si se han vaciado las reservas y depreciado el peso, es porque la gente no cree en su gobierno.
-Pero esas gestiones por fondos deben hacerlas antes de asumir.
-Sí, claro, lo estaremos haciendo. Un objetivo es normalizar el sistema financiero, para tener créditos para viviendas y empresas, lograr una economía más previsible.
-¿Los complica el fallo de la Corte por los reclamos provinciales?
-Hay que empezar una relación más sana y sincera con las provincias. Ya nuestros equipos están trabajando con los gobernadores. Es un cambio de lógica; aunque reconocemos que hay déficit, tenemos la sensación de que hay grandes bolsones de ineficiencia y corrupción en el Estado. Cuando ponés en marcha un motor que hace años no funciona, ves que hay cosas que no funcionan y otras que lo hacen a medias. Y esto es importante para el clima social y económico; mucha gente tenía el temor de un ajuste o que digamos: "Bueno, vamos hacia un año de sacrificios". Va a haber que encarar desafíos, pero desde el primer día debemos generar proyectos de inversión privada y pública.
-¿Harán una convocatoria a gremios y empresarios para acordar precios y salarios?
-Sí, prevemos convocar a todos los sectores. Hay muchos temas para trabajar la coyuntura, pero es importante el rol de sindicatos y empresarios, que van a tener que cambiar su relación con el gobierno, que ha sido muy complicada. Pero queremos trabajar también en una agenda de largo plazo, productividad, los nuevos desafíos, el desarrollo federal, el trabajo en negro.
-¿Esto incluye un pedido de moderación a ambos sectores?
-Venimos de años de una dinámica inflacionaria de la que nos tenemos que ir como país, pero no a costa del salario real o del pleno empleo. La dinámica ha sido muy negativa porque refuerza los peores comportamientos; lo mismo en el tema cambiario, donde se espera lo peor y por eso uno se defiende. Yo esperaría lo mejor, porque lo hemos podido demostrar.
-En la elección del ministro de Trabajo también hubo tensiones con el sindicalismo?
-No lo sentimos así. Creemos en el diálogo con todas las fuerzas, respetamos al sindicalismo y los empresarios, pero el presidente es Mauricio Macri y elige de acuerdo con sus facultades el equipo.
-En muchísimos sectores se descuenta que habrá una devaluación..
-Hoy todavía no sabemos, no se puede decir cuanto vale el dólar en la Argentina, por lo que es muy difícil hablar de devaluación. Estamos sí convencidos de que el peso se irá fortaleciendo a medida que vaya bajando la inflación y aumentando la confianza en la Argentina.
-¿La negociación con los buitres es una prioridad o puede esperar?
-Es uno de los temas que hay que resolver; en un país que se empieza a mover, ese problema no es tan grande como se ha dicho en estos años. El Gobierno infló el problema de los buitres para esconder su incapacidad de resolver ese problema. La mayoría de los países del mundo no tienen un problema con estos señores. No son un actor superpoderoso que domina el mundo.
-La postura que Macri llevará sobre Venezuela a la Cumbre del Mercosur de diciembre, ¿no le generará un choque inmediato con Brasil?
-Si pensamos en un liderazgo del siglo veintiuno para la región, esto incluye hacer lo que corresponde. Hace pocos días mataron a un dirigente opositor. Lo que ocurre en Venezuela rompe con el espíritu democrático en lo que hace a los derechos humanos, el respeto a los opositores, la intervención de fuerzas armadas en el gobierno; es el deber de la Argentina plantear eso. Podemos estar o no de acuerdo con Brasil, pero eso no nos va a llevar a romper relaciones, el disenso es la base de la democracia. En algunas cosas estaremos de acuerdo, y tendremos disidencias en otras.
-Patricia Bullrich estará a cargo de la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico pese a no tener experiencia en el área. ¿Qué evaluaron para designarla?
-Ella trabajó mucho estos temas desde su tarea parlamentaria y tiene experiencia de gestión en áreas vinculadas al tema de seguridad. Tiene una honestidad y una trayectoria en términos de coherencia y principios que nos hacen pensar que es la persona indicada, junto a un equipo más técnico, como Eugenio Burzaco y otros.
-¿Qué harán ante las protestas sociales en las calles?
-Creemos que la ley es la ley y hay que cumplirla; hace mucho mal que el Estado defina cuándo se cumple la ley y cuándo no. Creemos en la importancia de fuerzas de seguridad que trabajen para no profundizar los conflictos sino encauzarlos de acuerdo con la ley. Sobre todo creemos que muchas de las manifestaciones y cortes de calles que ocurrieron se debieron a la falta de diálogo por parte del Estado, como el caso qom.
Fuente: lanacion.com.ar