Añelo: De la mano de YPF, diseñan una nueva ciudad en la meseta
Esperan que se radiquen allí unas 20.000 personas. Ya comenzaron los trabajos.
Geógrafos, topógrafos, ingenieros y arquitectos hacen marcas en un extenso mapa sobre la mesa de la sala de reuniones del municipio de Añelo. Los trazos de lapicera o resaltador extienden casi hasta los bordes del plano las fronteras de la metrópoli imaginada. Tienen la misión de planificar el futuro de la "capital del shale", que espera una revolución urbana de la mano de la explotación no convencional de hidrocarburos. Pero esta vez tienen un desafío único en su carrera: la creación desde cero de una nueva ciudad, con edificios públicos, plazas, barrios y calles.
Ése es el proyecto que el intendente Darío Díaz junto con los órganos planificadores de la provincia y la empresa YPF tienen en la mira: la urbanización de 650 hectáreas en la meseta, en lo que será una nueva localidad. "Es una refundación. En 10 años vamos a tener tres o cuatro Añelo arriba de la meseta", se entusiasma el jefe comunal.
El mapa de la renovada localidad terminó de gestarse hace dos semanas. Arrancó siendo un barrio amplio con 2.000 lotes, pero ahora se aspira a mucho más. Técnicos de la petrolera bajo control estatal, de la municipalidad y del Copade trabajan en un "Máster plan para el 2030", que incluye la mudanza del núcleo administrativo de la comuna. Contempla además nuevos bancos, escuelas, un hospital y espacios verdes.
Aunque el proyecto aún está en vías de elaboración, aspira a crear una ciudad para 20 ó 25.000 habitantes, unas 10 veces la población actual de Añelo.
Pero del mapa a la realidad hay una distancia muy larga que además de años se mide en pesos, unos 2.000 millones según el intendente. Se trata de una cifra a todas luces conservadora según la magnitud del plan, pero representa un porcentaje escaso del dinero que atraerá el segundo boom petrolero que vive la provincia.
Mientras tanto, en la meseta, todo es arcilla. Sólo el incesante tránsito de camiones por la ruta 17 interrumpe la monotonía de la estepa. De fondo, dos enormes equipos de perforación de YPF cruzan la línea del horizonte: es Loma La Lata, el corazón de Vaca Muerta. Allí, la empresa bajo control estatal concentra sus inversiones en el inicio de la aventura del shale. Si todo funciona de acuerdo con lo calculado, en los próximos años habrá cientos de pozos en ese lugar.
Avance urbano
El avance urbano de la nueva Añelo ya se insinúa. En el extremo oeste de lo que será la renovada urbe hay unos 180 lotes con plateas que están en construcción. Allí se ubicarán las casas financiadas con los fondos nacionales que llegarán tras el acuerdo YPF-Chevron. Serán gestionadas a través del Instituto Provincial de la Vivienda y Urbanismo (IPVU).
"La idea es resolver primero las necesidades habitacionales de la localidad", indicó Díaz. Para eso, la tierra se está vendiendo a un precio promocional de 25 pesos el metro cuadrado, luego de acreditar ciertos requisitos como residencia y condición de vivienda única.
También se aspira a crear barrios de la mano del sector privado, y no se descarta la presencia de desarrolladores. Sería a través de loteos convencionales que podrían contar con financiación de las petroleras.
No se trata sólo de trazar calles y construir edificios. El gran desafío será cómo llevar los servicios hacia esa zona, hoy prácticamente desconectada del resto de la ciudad. Ya se comenzó con una pequeña planta potabilizadora que se alimenta de acueducto de YPF. El paso siguiente será la colocación de subestaciones transformadoras para realizar el tendido eléctrico. Una parte de los postes que soportarán los cables ya está colocada.
La petrolera que conduce Miguel Galuccio, en tanto, participa con fondos y logística para la elaboración del máster plan. La renovada compañía intenta no descuidar el capítulo social de la industria, acaso para evocar aquel pasado donde fundaba pueblos en la Patagonia.
Una de sus iniciativas fue incluir a Añelo dentro de un programa del Banco Interamericano de Desarrollo llamado "Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles", que apunta a ordenar el desarrollo de localidades en expansión.
Mientras los proyectos se cocinan a fuego lento en distintas oficinas, Añelo sigue con su imperturbable mezcla de camionetas 4x4 y la paz de un pueblo de 3.000 habitantes. En la ciudad de los anuncios permanentes hay apenas unas 20 cuadras asfaltadas. El municipio sigue funcionando en una casa prefabricada. El verde escasea pese a los esfuerzos por cubrir de césped el árido paisaje.
Desde que YPF volvió a manos del Estado, la pequeña localidad se convirtió en el centro de las promesas de prosperidad. La Provincia y Nación anunciaron más de 1.000 millones de pesos en obras que arriban a cuentagotas. La infraestructura sanitaria y educativa es la misma que antes del boom. La foto en el viejo pueblo que acaba de cumplir 98 años apenas varía de la de algunos años atrás.
"Nosotros la vemos pasar", dice a este diario un joven que atiende un parador petrolero. Ningún estudio económico o social podrá escaparse de la certeza de esa definición popular: el gran desafío para Añelo será cómo capturar algo de esa renta "que ven pasar" para el bienestar de sus habitantes.
"Somos un pueblo petrolero sin petroleros", define el intendente Díaz. Es que sus habitantes viven del empleo público, las pocas chacras que siguen en pie y el pequeño círculo de servicios elementales que rodea a la industria de los hidrocarburos. Los trabajadores del sector acuden al campo, pero en general no habitan en la ciudad, sino que lo hacen en Cutral Co, Centenario y Neuquén. Se calcula que los petroleros "golondrina", que cada día arriban a la zona, son unos 2.400.
La presión que los salarios del petróleo ejercen sobre la rudimentaria economía local se hace sentir. Los precios se disparan por los altos ingresos relativos del sector. El kilo de pan llega hasta los 28 pesos en las despensas locales.
Pero las tensiones que trae consigo el mundo petrolero no se agotan en la economía familiar. El propio municipio queda preso de una contradicción: en la capital del shale, el intendente aún debe acudir al auxilio financiero del gobierno provincial para pagar los salarios de los municipales. Es que los magros ingresos no llegan a cubrir los gastos. La mayor parte de la infraestructura petrolera que impacta en la localidad está fuera del ejido comunal y por lo tanto queda exenta de gravámenes locales.
Todo eso ocurre al calor de Vaca Muerta. En el pueblo que el plan piloto que de YPF junto a Chevron en el área Loma Campana multiplique la llegada de dólares para principio del año que viene. "Espera" podría ser por estas horas el segundo nombre de Añelo.