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Para el mandatario no puede ser que todo este territorio esté determinado para la minería y por eso el tema de la titulación minera es una de las grandes dudas jurídicas que están pendientes por resolverse.
Los vacíos jurídicos y la carencia de una institucionalidad para poder regular de manera eficiente la actividad minera fueron las debilidades del sector minero que el mandatario señaló en el evento. Explicó que en el departamento se constituyó el Comité Minero-Ambiental buscando dar una orientación en este sentido.
Fajardo reiteró que con su apuesta por la educación se viene atendiendo también el sector de la minería y por eso se está construyendo en El Bagre el Centro de Formación Minero-Ambiental y los parques educativos de las zonas mineras tendrán un componente relacionado con este sector "para mirar la minería con una perspectiva diferente". Para él, a través de la educación se puede llegar a crear una nueva generación minera.
En materia ambiental destacó el programa de recuperación de tierras degradadas por la minería en Cuturú, en el Bajo Cauca y en las diversas intervenciones sociales que se vienen realizando hizo énfasis en programas de erradicación del trabajo infantil y la participación de grupos asociativos que desarrollan proyectos comunitarios en torno a programas forestales.
Además puso como ejemplo para el país las estrategias ejecutadas en Buriticá, occidente antioqueño, donde es una realidad el programa de formalización minera y de legalización, a través del fortalecimiento empresarial y la promoción de la asociatividad.
El ministro de Minas, Tomás González Estrada, reconoció la necesidad de atender los pequeños mineros con acciones de formalización y legalización, ya que tres de cada cuatro operaciones de minería son realizadas por grupos pequeños. El alto funcionario señaló que es preciso apretar el acelerador a temas jurídicos, de institucionalidad y de infraestructura.