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En Río de Janeiro, la ciudad del carnaval por antonomasia, ayer había programadas 93 fiestas callejeras organizadas por los "blocos", nombre con el que se conoce a las comparsas o bandas de música carnavalescas, algunas de las cuales atraen a auténticas multitudes.
El Cordão da Bola Preta, el "bloco" más antiguo de Río, fundado en 1918, congregó a cientos de miles de personas en las amplias avenidas del centro de Río, al ritmo de la samba y de las "marchinhas", las alegres canciones típicas del carnaval carioca que los brasileños se saben de memoria.
La calle Primeiro de Março y la avenida Antonio Carlos, que de lunes a viernes son lugar de trajeados hombres de negocios, ayer fueron tomadas por piratas, indios, hadas, princesas, policías y curas borrachos, superhéroes, incontables hombres vestidos de mujer y juerguistas con camisetas blancas con bolas negras, el uniforme oficial del "bloco".
Este "bloco", que es especialmente querido por las clases más humildes, reunió a un millón de personas, según cálculos de la agencia de turismo de Río de Janeiro, desde niños a ancianos y sobre todo, a muchos jóvenes.
Estos ignoraron las recomendaciones de las autoridades sanitarias, especialmente dirigidas a las mujeres embarazadas, de evitar las aglomeraciones y los besos con extraños, con el objetivo de prevenir posibles contagios del zika, ante la hipótesis no comprobada de que el virus podría transmitirse con un mero intercambio de saliva.
En las playas de Copacabana e Ipanema, los "blocos" también reunieron a cientos de miles de cariocas y turistas en fiestas sucesivas, por la mañana y por la tarde, en las que hubo samba y otros ritmos, como el funk carioca, un estilo de música que suele contener letras plagadas de referencias sexuales explícitas y que se baila de forma sensual.
Estas fiestas callejeras y gratuitas son la antesala de los desfiles de las escuelas de samba, que se celebrarán hoy y mañana en el sambódromo y constituyen el momento cumbre del carnaval. (Fuente: Diario Uno).