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Arrancan las rotaciones en el sector petrolero
El lunes comenzarán las suspensiones de trabajadores petroleros en la Cuenca Neuquina. Las 40 empresas de servicios petroleros, las operadoras y el gremio definen por estas horas a cuánta gente alcanzará y cómo serán las rotaciones, de modo de repartir los efectos entre toda la masa de asalariados que tiene el sector.
El gerente de una importante petrolera local calculó que, a partir de este plan de contingencia, la actividad petrolera en Neuquén se reducirá un 20% en los próximos tres meses.
El sector del trabajo resignará hasta un 50% de su salario mientras permanezca suspendido y en ningún caso superará los 40.000 pesos. El Estado financiará los aportes y contribuciones de esa masa de empleados, que se calcula no superarán los 2.000 de forma simultánea. El gremio, en tanto, dejará de percibir el 50% de la cuota gremial. La duda está en cuál será el aporte que harán las empresas.
En Neuquén tanto YPF como las principales operadoras serán las que financien, directa o indirectamente, a esos trabajadores parados. Por ahora, calculan que las pymes no se verán afectadas, es decir que seguirán con el ritmo de trabajo normal. Sí, en cambio, lo harán las grandes empresas de servicios como Schlumberger, Halliburton o Weatherford, de las cuales se espera que aporten su "cuotaparte" en esta compleja situación.
El foco está puesto en la mano de obra, que según las empresas es más cara en la región que en otros países del mundo. No sólo por el costo salarial sino por la "grasa" –para usar la inoportuna expresión del ministro de Energía Alfonso Prat Gay– que hay dentro de los yacimientos. Las empresas se quejan de que sobra gente para tareas poco sofisticadas. Hay casos donde este personal (a menudo puesto a dedo) hizo duplicar los costos en dólares en pocos años, una suba imposible de tolerar para cualquier actividad.
Pero mientras se pone el foco en el sector del trabajo no se menciona los abultados márgenes que cobran y cobraron históricamente muchas empresas de servicios, tanto locales como extranjeras. Márgenes que las operadoras, sobre todo YPF, sostuvieron sin mayores quejas cuando la formación Vaca Muerta aparecía en el horizonte como el nuevo "El Dorado."
POZOS
Mientras avanzan con el plan de contingencia, las operadoras, redibujan los números para hacer sobrevivir el negocio. Las privadas ya evalúan planes de achique general. Algunas vienen haciéndolo de forma subterránea, como Chevron con El Trapial. Otras, reducirán de forma marcada las perforaciones para sobrevivir con los pozos que ya tienen en producción.
YPF tendrá el mayor "desafío" para sostener los altísimos costos que tiene la producción no convencional. Y los datos son poco alentadores.
El "lifting cost" –el dinero que se necesita para sacar un barril del subsuelo– en yacimientos como Chihuido de la Sierra Negra supera los 45 dólares.
Se trata de un petróleo complejo, porque es un yacimiento en declive, pero es lo más a mano que tiene Neuquén para salir del paso en materia convencional.
Ese costo, por ejemplo, está bastante por arriba de los 25 dólares que puede costar extraer un barril convencional en los yacimientos del Golfo San Jorge.
Comparando yacimientos sorprenden los datos por ejemplo: un viejo yacimiento como El Trapial opera con la mitad de gente que Chiuido de la Sierra Negra y produce casi lo mismo.
El problema con estos bloques de Rincón es que tomaron mucho personal cuando eran “las joyas petroleras” pero hoy quedaron atrás en términos de producción.
Un pantallazo sobre la Cuenca da cuenta de que sólo YPF tiene unos 31 equipos parados entre perforadores, workover y pulling. Los aparatos, sin embargo, no dejan estas geografías a la espera de que puedan en el mediano plazo remontar tareas, al menos en parte.
Y esto no tiene que ver con la actividad en sí, sino con el barril criollo. Esa invención nacional que colocó el crudo interno en 67,5 dólares les garantiza a las empresas márgenes que no obtienen en ningún otro lugar del mundo, donde no supera los 33 dólares.
En Estados Unidos, por caso, se bajaron dos tercios de los equipos que estaban en el campo: de 1.600 quedaron 500.