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Lo positivo y lo negativo
En 2012 Miguel Galuccio llegó a hacerse cargo YPF una vez que la empresa fue renacionalizada por Cristina Fernández de Kirchner. Se le anunció como un experto que vendría a cambiar y solucionar "el problema" que dejaron los españoles de Repsol y volvería a convertirla en una empresa modelo del Estado nacional.
Después de casi cuatro años el CEO y presidente del directorio dejará su cargo, y a la hora de los balances, en Mendoza sus medidas no pasaron desapercibidas. Su intervención para modificar la Ley de Hidrocarburos marcó un antes y un después en la relación entre las provincias y la Nación, tanto así que tuvo un acción directa sobre la economía de Mendoza, al fijar -por ejemplo- el porcentaje privilegiado de impuestos que paga la industria petrolera.
Para entender la relación de Galuccio con la provincia en su momento más intenso hay que remontarse al 2014, cuando el ingeniero ya llevaba dos años al frente de la empresa y avanzó, sobre la modificación de la Ley de Hidrocarburos y criticó el rol de las empresas provinciales de energía, como la Empresa Mendocina de Energía Sociedad Anónima (Emesa), en el negocio petrolero.
En mayo de ese año, específicamente el día 15, cuando el entonces gobernador Francisco Pérez celebraba su cumpleaños, Emesa realizaba su primera licitación de áreas petroleras y entre las firmas que se esperaba que se presentaran estaba YPF. Sin embargo, entre las cajas con las ofertas no estaba la petrolera estatal. Galuccio decidió no participar porque no estaba de acuerdo con el denominado “acarreo” o “carry” que cobraba la empresa provincial.
Se iniciaba así un largo conflicto entre el CEO y las provincias, especialmente con tres, Mendoza, Neuquén y Chubut, las cuales se convirtieron en sus principales "enemigas."
Los pliegos de Emesa consideraban el “acarreo”, el cual le permitía a la firma provincial participar con un 10% de la explotación sin aportar capitales, algo que no era bien visto por el presidente de YPF. En ese momento, y para sostener también el acuerdo con Chevron, avanzó en la modificación de la Ley de Hidrocarburos y limitó la participación de Emesa y otras empresas provinciales.
El acarreo era fundamental para el desarrollo de Emesa, porque serviría para capitalizar la empresa y consolidarla, tomando como ejemplo lo realizado en Neuquén con su empresa de energía. Sin embargo, la nueva Ley estableció eliminarlo de los pliegos licitatorios. Además, avanzó sobre las regalías y los plazos de las concesiones, lo que volvió a poner en jaque a los Gobiernos provinciales.
El legado en ingresos brutos
La Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, OFEPHI, fue la organización que terminó acordando con el Gobierno nacional la modificación a la Ley de Hidrocarburos. En esa mesa de negociación Galuccio tenía la voz técnica y el Ejecutivo seguía sus recomendaciones al pie de la letra.
Finalmente, las provincias aceptaron el acuerdo, el cual contenía -además- una claúsula que establecía que la actividad petrolera en las provincias pagaría un 3% de ingresos brutos, un punto que generó críticas, pero que finalmente fue aprobado. En Mendoza se aprobó recién este año, luego que el radicalismo le diera el visto bueno como parte de los acuerdos con el justicialismo para aprobar leyes financieras antes de asumir formalmente como Gobierno.
Producción, inversiones y pelea política
Uno de los principales detractores de los cambios a la legislación petrolera fue el actual ministro Enrique Vaquié, quien apuntó al acuerdo como una propuesta que sólo favorecía a las grandes empresas, perjudicaba a las provincias y no mejoraba la producción.
El entonces diputado criticaba el menor cobro de impuestos comparado con otras actividades, el techo a las regalías y la extensión de las prórrogas de las áreas.
Alguien que vivió directamente la gestión fue el ex ministro de Energía de Francisco Pérez, Marcos Zandomeni. El ex funcionario dijo a diario mendocino que a la hora de ver lo positivo y lo negativo que hubo en la provincia durante la gestión de Galuccio no hay mayores dudas, por un lado la inversión y por otro la pelea política.
Política positiva de Galuccio
Zandomeni señaló que “cuando asumió Miguel Galuccio,en Mendoza había 4 equipos de perforación y ahora hay 15, un número histórico para la provincia. También tuvo el mayor nivel de exploración”.
El ex-ministro vivió de cerca el conflicto del CEO con las provincias, por eso no tiene dudas a la hora de indicar lo negativo. “Fue un momento complejo. YPF impuso una idea de limitar los poderes a las empresa provinciales y los gobernadores aceptaron a regañadientes. En ese punto perdieron una disputa de poder importante”.
Por su parte, el ex-representante de Mendoza en el directorio de YPY, Omar Félix, consideró como positivo en la provincia durante la gestión Galuccio “el aumento de la producción, especialmente en gas. Además, el aumento de los equipos de perforación y exploración”.
Para el sanrafaelino los resultados totales del trabajo del ingeniero todavía no se pueden apreciar en su totalidad y destacó que, desde su punto de vista, uno de los aspectos equivocados fue que “se apostó mucho al petróleo no convencional”.
Respecto al efecto que tuvieron las medidas del CEO y presidente sobre el posible desarrollo de Emesa, Félix dijo que la creación de la empresa se dio muy encima de los cambios de la Ley de Hidrocarburos, a diferencia de EPEN en Neuquén, que ya era una empresa consolidada.
Finalmente, el ex director de la petrolera de bandera nacional dijo que en su opinión el nuevo CEO debe tener un perfil como el de Galuccio, productivista absoluto.
"“Me preocupa que sea alguien más del tema financiero que productivo”, sentenció."