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Repsol centrará su próximo plan en la creación de valor. La petrolera quiere extraer el máximo a cada barril de petróleo y lograr que su cartera se componga de algunos de los crudos con mayor retorno.
Para ello, en el negocio de exploración, donde se dedicaban casi 3.000 millones anules -entre 10 y 11 dólares por barril producido- se reducirá la inversión hasta el orden de 5-6 dólares por barril producido, lo que supone que se quedará en una cifra que, entre Repsol y Talisman, será menor a lo que invertía solamente la española.
Repsol ya que ya no tendrá la necesidad de crecer a un ritmo del 7% anual, sino que se alcanzarán este año los 700.000 barriles diarios y el objetivo será mantener la producción para ir posteriormente incorporando nuevos pozos que palien el razonable declino por la reducción de inversión que provoca los menores precios del crudo.
La compañía maximizará la integración y optimizará la eficiencia en los negocios para conseguir una mayor resiliencia a los escenarios de estrés. El objetivo es mantener una fuerte disciplina en la inversión que les permita lograr una atractiva propuesta de creación de valor y de retribución a sus accionistas.
Venta del propano y de CLH
Repsol se ha dado de plazo un año para vender activos valorados en alrededor de 1.000 millones de dólares, cerca de 800 millones de euros. La petrolera mantiene ya negociaciones avanzadas con Gas Natural y con Redexis para desprenderse del negocio de propano canalizado. En concreto, Repsol abastece por esta red a cerca de 450 municipios. La venta puede realizarse, por lo tanto, en dos paquetes y serviría para fomentar la competencia, ya que la gasista catalana no estaría interesada en este tipo de negocio en las zonas donde ya cuenta con una red propia de gasoductos. La intención sería poder utilizar estas redes para abastecer de gas natural a los clientes. Gas Natural no quiso hacer declaraciones sobre esta asunto.
La compañía puede desprenderse también de su participación en CLH en un momento en el que el gestor de almacenamiento mantiene un ambicioso plan de crecimiento internacional y mantiene la duda sobre la venta de los gasoductos del yacimiento Marcellus, al menos hasta la mitad del periodo que abarca el plan estratégico.
La petrolera trabaja también en un plan para contener la inversión sin renunciar al crecimiento. Para ello, está dispuesta a monetizar una parte de sus grandes proyectos de manera anticipada y evitar así una parte del desembolso necesario para su desarrollo.
Reducir la inversión
Repsol quiere buscar socios para el desarrollo del megacampo canadiense de Duvernay, pero está dispuesta a esperar a que repunten los precios del crudo y quiere también conseguir socios para la ampliación de la planta de Canaport, que supondría un desembolso de cerca de 4.000 millones, pero permitiría lograr un amplio desarrollo al gas de Marcellus.
La petrolera ha reorganizado también su participación en los proyectos eólicos marinos que mantiene en Reino Unido y ahora se plantea buscar un socio que podría quedarse con la mitad de su participación en Inch Cape. En este proyecto mantuvo interés en su momento Gas Natural Fenosa pero también podría interesar a los fondos de infraestructuras.
Repsol cuenta también con el proyecto Beatrice, uno de los cinco proyectos de energía eólica offshore en el Reino Unido, y el primero en Escocia, a los que, en abril de 2014, el gobierno Británico otorgó un contrato de tarifa (Investment Contract) que garantiza los ingresos durante 15 años.
Durante la fase de desarrollo de ambos proyectos, que finalizará entre 2015 y 2016, se realizarán los estudios y trabajos necesarios preliminares a la fase de construcción y operación de las instalaciones, cuya puesta en marcha tendría lugar, en su caso, a partir de 2018. La decisión final de inversión de los proyectos se estima durante el año 2016, lo que deja hasta el próximo año como plazo para lograr un socio.
Repsol además trabaja en un acuerdo con Statoil para poder reducir los gastos del yacimiento de Eagle Ford, cuyo declino roza el 9% anual. La petrolera quiere destinar parte de la inversión que estaba realizando en este pozo a delimitar el megayacimiento de Duvernay, en Canadá. Únicamente para 2016, la petrolera ha puesto en marcha un programa de eficiencia que supone incrementar el objetivo de sinergias desde los 220 millones de dólares al año hasta los 350 millones. Asimismo, ha renegociado a la baja los contratos de Talisman en un 7% y los de Repsol en un 5%. Además, la compañía rebaja los precios para los nuevos contratos entre un 10 y un 20% con el objetivo de conseguir la reducción de la utilización del efectivo.
Fuente: Eleconomista.es