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La insistencia estadounidense en adquirir motores RD-180 para sus cohetes Atlas V y el reciente lanzamiento de la sonda europea Exomars con un misil también de fabricación rusa confirman la dependencia occidental de esta tecnología cósmica.
El director general de la corporación estatal rusa Roscosmos, Ígor Komárov, aseguró este lunes que Estados Unidos continuará comprando los propulsores rusos durante varios años, y existe la posibilidad de rubricar nuevos contratos relacionados con este tema.
Komárov dijo que esta realidad se debe a que los propulsores fabricados en el estado eurasiático son los mejores del planeta desde el punto de vista de la relación calidad-precio.
A finales de la década de 1990, el fabricante ruso Energomash ganó una licitación valorada en mil millones de dólares para vender a la corporación norteamericana United Launch Alliance motores RD-180 para misiles Atlas.
Como parte de la política de contención de Washington contra Moscú aun después de la disolución de la Unión Soviética, en 2014 los sectores más conservadores norteamericanos impusieron en el Congreso una enmienda que prohibía adquirir los RD-180 e instaba a sustituirlos por otros de fabricación nacional.
Sin embargo, un llamado del senador republicano Ríchard Shelby basado en el daño que podría causar al programa cósmico estadounidense la renuncia a los ingenios rusos surtió efecto, y los legisladores levantaron el veto a ese contrato en la nueva ley presupuestaria vigente desde diciembre de 2015 hasta octubre de 2016.
Precisamente a finales de 2015, la empresa Energomash informó en un comunicado que hasta 2019 deberá entregar a Estados Unidos unos 20 propulsores RD-180. La nota circulada a la prensa reiteraba que la corporación rusa cumplió completamente su compromiso contractual con Estados Unidos en esos 12 meses. Los motores RD-180 constituyen en esencia una cámara de combustión alimentada por una mezcla de keroseno y oxígeno líquido.
En relación con la Agencia Espacial Europea (ESA), Komárov declaró que la nave ExoMars, lanzada el 14 de marzo último con un misil ruso Protón-M desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, debe alcanzar la órbita de Marte y empezar sus labores investigativas el próximo 16 de octubre.
Comentó que las fases del proyecto conjunto bajo la responsabilidad de Roscosmos —disparo y ubicación de la órbita terrestre con el Protón-M— concluyeron exitosamente.
La misión ExoMars 2016 tiene como objetivo estudiar la presencia de metano en la atmósfera de Marte, información que significaría un paso hacia la confirmación de vida en ese planeta.