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Luego de semanas de negociaciones con los gobernadores y tras varios amparos judiciales y medidas cautelares, el gobierno y los mandatarios provinciales acordaron fijar un tope de entre 400% y 500% a los aumentos de tarifas de luz y gas. Tras el acuerdo el ministro de Energía, Juan José Aranguren, admitió que fue un error subir las tarifas sin medir consecuencias.
Las carteras de Interior y Energía detallaron: "Se reitera la decisión por la cual los usuarios del servicio en las provincias del noreste argentino que no tienen acceso al sistema troncal de transporte de gas natural (Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones), y que cumplen los requisitos para recibir las Tarifa Social Federal, duplican su umbral de consumo gratuito de 150 KwH/mes a 300 KwH/mes a partir del 1 de junio de 2016".
En ese sentido, el Gobierno informó que para las empresas electrointensivas que compran la energía a las distribuidoras, el Ministerio de la Producción ha listado un total de aproximadamente 400 empresas que tendrán un descuento de 20 por ciento en su tarifa de generación con el claro objetivo de mantener el nivel de producción y las fuentes de trabajo.
En tanto, Aranguren afirmó que "las medidas consensuadas con los gobernadores tienden a llevar tranquilidad a la población, y a generar las condiciones para recuperar la oferta energética en la Argentina".
"Años de desinversión nos llevaron a la necesidad actual de importar electricidad, combustibles líquidos y gas natural. El principal objetivo que tenemos es que haya energía suficiente para todos los argentinos", añadió.