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Critican la licitación de Aranguren de energías renovables
Pero en la última semana y en medio de la ofensiva de las provincias por el impacto del tarifazo de gas y luz, ese clima optimista se alteró de manera significativa con la aparición de un abanico de voces que salieron a cuestionar el “modelo” de incorporación de usinas renovables y a reclamar cambios esenciales en el borrador de pliego que las autoridades sacaron a la calle.
La Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), ADIMRA, el gremio de la UOM, el Instituto Argentino de Energía General Mosconi, el Instituto de Políticas para el Sector Energético (IPSE), la Cámara Argentina de Energía Renovable (CADER) y la Cámara de Industriales de Proyectos e Ingeniería de Bienes de Capital (CIPIBIC) expresaron --por distintas vías—las dudas y sospechas que tienen sobre las nuevas reglas de juego que busca imponer el subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind.
El relegamiento de los proveedores locales, las excesivas limitaciones que favorecen a las grandes empresas y bloquean la presentación de proyectos de baja escala, la falta de líneas de transmisión para movilizar la nueva generación, la escasa garantía que ofrece la CAMMESA para el pago de los contratos y el amplio margen de discrecionalidad para aceptar y rechazar ofertas que tendrán los funcionarios constituyen los principales cuestionamientos que pusieron sobre el tapete los especialistas, gremialistas y empresarios.
Las objeciones
Tras analizar la versión preliminar del pliego que Kind sometió a consulta pública, los técnicos de Fundelec advirtieron los siguientes problemas:
-La incorporación de los equipos de generación con renovables evidencia una falta de planificación por el lado del sector de transmisión. No están previstas las ampliaciones que se necesitan para poder tener un sistema de potencia con una red mallada y un parque de generación que puedan actuar de reserva rápida para mantener la estabilidad dinámica del sistema.
-La cantidad de requisitos solicitados para poder conectarse a la red son demasiados complicados y exigentes. Sólo podrían ser afrontados por los grandes proyectos, quedando sin chances las iniciativas de pequeña escala y baja capacidad de generación.
-En el caso de generación eólica, se establece una potencia mínima de 1 MW. Esto deja afuera a las pymes que quieran instalar un molino eólico de menos de 1 MW para satisfacer su demanda de renovables que le exigen las normas. Además de cercenarle a las pymes la posibilidad de autogenerar su energía, ésta cláusula le impide, por ejemplo, a un municipio poder desarrollar un esquema propio de renovables para poder abastecer sus luminarias.
-La exigencia de acreditar experiencia en la “construcción y operación de proyectos renovables” deja en posición ventajosa a un reducido número de empresas. A los inversores locales los obliga a tener que asociarse con los grandes proveedores como Siemens, Vestas y GE que su vez también pueden ser oferentes. Además, aparece en escena la figura del “socio estratégico técnico” que lejos de facilitar una mayor participación de empresas locales, promete complicar y encarecer el costo final de los proyectos.