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Desde Tucumán, la tecnología que busca salvar vidas
No sólo en el Silicon Valley se puede crear tecnología disruptiva. Con presupuestos más pequeños y perspectivas más acotadas, también se pueden desarrollar herramientas y soluciones de alto impacto. Con esta idea y la ambición de inspirar a nuevos talentos, la Universidad de San Pablo de Tucumán trabaja desde su nuevo CTD (Centro de Tecnología Disruptiva) en nano satélites, impresoras 3D, drones y biotecnología sintética que puedan ser utilizados por distintas industrias como IT, Farmacéutica y Biotecnología, Investigación y Desarrollo.
¿Cómo nace la idea de crear este centro de tecnología disruptiva?
La idea nace hace mucho tiempo con la creación de nuestra compañía, éramos un proveedor de internet en el norte del país. Creamos dentro de esa empresa un departamento de investigación, donde indagábamos distintos tipos de tecnología. Para nosotros la disrupción no es una sola. Quizás en Estados Unidos la disrupción es mucho más compleja y avanzada que acá. Pero nosotros creemos que en nuestro país podemos ser disruptivos. Por ejemplo, mediante alguna tecnología de vuelo autónomo llevar una vacuna o suero antiofídico de forma rápida. Salvar una vida es ser disruptivo.
¿El CTD funciona como una unidad de vinculación científico tecnológica, la idea es hacer ciencia aplicada?
Sí, vemos que hay muchas investigaciones netamente abocadas a la elaboración de papers, a la investigación per se. De alguna manera, estamos tratando de educar al investigador y proponerle que la investigación sea acompañada a través de una asociación de empresas o varias empresas, con lo cual pueda llegar a un fin que sea realizable.
¿Qué cosas han hecho hasta el momento?
El primer proyecto – el más importante y con el que arranca el centro de tecnología – es el diseño de un nanosatélite. Le pusimos de nombre El Samba1. Es un modelo ilustrativo de un satélite que aún no tiene carga útil. Está en una etapa finalizada. La idea es, a partir de este año y el año que viene, empezar a desarrollar el modelo definitivo.
¿Cómo consiguieron el apoyo para esta apuesta? ¿Establecieron alianzas con otros centros nacionales e internacionales?
Nosotros, como empresa, hicimos una inversión en este edificio dentro del predio de la Universidad. A la Universidad le gustó mucho el proyecto y está apoyando desde la parte académica. Hoy estamos tratando de cerrar convenios tanto a nivel nacional como internacional.
Como lo más significativo te diría es que estamos en tratativas avanzadas con la Universidad de Sin-le-Noble, en Francia, para lograr incorporarnos al lanzamiento de un nanosatélites en los próximos 2 años.
Fuente: Infobae