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Las sucesivas, interminables y ya casi aburridas tapas de Clarín y La Nación sobre “la ruta del dinero K” que, no encuentran, ni en los paraísos fiscales ni en bóvedas, ni bajo tierra, no pueden tapar un escenario de torpeza política y de acorralamiento político y social al macrismo. Los últimos acontecimientos políticos y sociales dan cuenta de un gobierno aislado y con un rumbo que amenaza estrellarse. Ya no alcanza el gastado recurso de “la pesada herencia” ; tampoco el odio social que hace que el ciudadano común, obnubilado, solo piense en ver presos a “la yegua ladrona y a los chorros K”. Hasta aquí “los medios amigos” que alimentaron ese odio anti-K por años, insisten en desdibujar la realidad que día a día es más difícil de tapar. Mauricio Macri está demasiado confiado en que ese odio no ha terminado aún. Piensa que sigue siendo el escudo protector que le permite arremeter contra conquistas sociales que muchos y producto de ese odio ningunearon pero que hoy recobran fuerzas. Ya no son tantos millones los que se comen la píldora. Tres acontecimientos políticos trascendentes le están poniendo fin al desquicio macrista de los despidos, la carestía de la vida y la pobreza que prometieron bajar y aumentan.
LA VUELTA DE CRISTINA CAMBIO EL ESCENARIO
Los ingentes esfuerzos del periodismo anti K militante, por mostrar a una ex presidenta aislada políticamente y rodeada judicialmente, se cayó a pedazos cuando el pasado 13 de abril, decenas de miles de ciudadanos de todos las latitudes llegaron hasta Bs. As. por sus propios medios para acompañar a su líder y renovar un contrato político y social con alguien que ya no tiene otro poder que no sea el amor y el compromiso militante que generó en millones mientas gobernó.
A partir de allí se produjo un quiebre inesperado para Clarín, Nación, Lanata y sus socios cada vez más pobres en credibilidad. A partir de allí millones de los votantes macristas no tan obnubilados ni tan enfermos de odio, pudieron ver que el choripan y la dádiva no explicaban que decenas de miles llegaran hasta allí y se quedaran horas bajo la lluvia en un acto puramente solidario si los hay.
Ese día la política argentina sufrió un giro. Muchos de los que creyeron que CFK “ya fue”, recogieron piola y empezaron a buscar un paraguas protector que los librara de quedar aislados políticamente.
NI LAZARO EVITÓ LA RODADA MACRISTA
Igual y sin amedrentarse, el poderío mediático siguió con la onda Korrupción como único tema de agenda. No bastó. La realidad es más fuerte: despidos y más despidos de trabajadores tanto en el sector público como privado ; los aumentos casi diarios de tarifas, alimentos y transporte; los comercios en sus diferentes rubros desesperados por la abrupta y persistente caída de ventas que no para desde enero, fue cambiando el humor social.
A eso se le suma una inflación que sube y sube. En abril llegó al 7 %.
Aquí es donde la sociedad parece haber recordado : en el anterior gobierno había inflación (no tan alta), pero con una economía que se movía.
Comparado con la actualidad de una inflación mucho más alta que la anterior y con recesión, la gente o al menos muchos votantes incautos, comienzan a añorar el tiempo pasado.
Este fue el primer paso para que los sindicalistas que ayudaron a Macri a llegar al poder se mostraran preocupados por la suerte de sus afiliados. Esa situación los llevó hasta el congreso a reclamar por una ley antidespidos.
LOS CACHETAZOS A MACRI : EN EL SENADO Y EN LA CALLE
El primer cachetazo político ocurrió en el senado nacional donde equilibristas de la política como Picheto y otros, no tuvieron otra opción que votar una ley antidespidos, bastante lavada, pero suficiente como para incomodar a Macri que operó para voltearla en diputados.
La respuesta fue una movilización multitudinaria de las 5 centrales obreras. Un hecho político que, salvo los medios hegemónicos, no puede minimizarse ya que representa un hecho histórico e impensado hasta hace apenas un mes atrás.
Solo la torpeza de Macri pudo lograr esa unidad y esa masividad contra sí mismo a apenas 5 meses de su asunción.
Así, estos tres hechos contundentes desde el punto de vista político y social : la reaparición de CFK ; la votación 48 a 16 en el senado en contra de despidos y los 300.000 trabajadores movilizados y despotricando contra Macri, ofrecen una dimensión social bien diferente a las excavadoras en la búsqueda del tesoro con la que la mentira mediática pretende distraer a las audiencias.
Frente a esto, la torpeza y la insensibilidad social de Macri y sus CEO, pusieron leña al fuego y aumentaron un 10 % los combustibles.
Pareciera hecho a propósito, pero no, es la naturaleza de este gobierno. El titular del ministerio de energía, Juan José Aranguren, es quien decidió el aumento de las naftas.
Eureka… Aranguren es, al mismo tiempo accionista de la petrolera Shell. O sea, juez y parte. De un lado habilita este aumento y del otro cobra por esa suba. Nada nuevo en este gobierno al que ya varios referentes han calificado como una administración “que gobierna para los ricos”.
VETO Y VETA
Muchas veces el poder obnubila, les hace creer a quienes lo detentan que es infinito.
Esa percepción es lo peor que le puede pasar a cualquiera, en especial a un gobernante incapaz de medir las consecuencias de sus actos.
El presidente insistió hoy con un mensaje al opo-oficialista Sergio Massa al que le pidió que no acompañe al kirchnerismo en el voto a la ley antidespido en diputados, intentando minimizar el poderoso frente opositor que tiene por delante.
Antes, había amenazado con vetar esa ley si fuera aprobada.
Nadie que lo quiera ayudar puede aconsejarle tal cosa. Miles de ciudadanos están haciendo subir la presión social, la bronca de aquellos que votaron creyendo en un cambio y están sufriendo las inclemencias de duras políticas de ajuste, se están sintiendo estafados y no sería bueno torearlos.
No son los jerarcas sindicales, ni los políticos devaluados el problema. Hay algo más notable que eso y es el boomerang del odio que generaron y que ya comienza a sentirse en muchos ciudadanos que comienzan a hacer sentir que el odio va en otra dirección.
Habría que evitar que el veto se transforme en la veta por donde se cuele la violencia moral que provoca el engaño descarado. Claudio Gastaldi