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Preocupa la cantidad de colgados de la electricidad
En tiempos en que la electricidad se ha vuelto una energía escasa y cara, resulta preocupante para la empresa distribuidora, EDES, la cantidad de personas que acceden al servicio mediante conexiones ilegales, coloquialmente denominados "colgados".
De acuerdo a datos suministrados a este diario por la Empresa, en la ciudad existen unas 8 mil conexiones clandestinas, lo cual representa un 5% de la cantidad de clientes residenciales.
Esa cantidad de enganchados representa el 35% de los 22.400 vecinos considerados carenciados por la empresa.
Roberto Grioli, gerente comercial de Edes, señaló a La Nueva. que si bien la cantidad de colgados es "alta", "podrían haber más" considerando el total de personas carenciadas.
Grioli refirió que los técnicos de EDES detectan este tipo de situaciones, sobre todo por una cuestión de seguridad, ya que los enganches representan un peligro porque se trata de trabajos precarios en un mecanismo complejo y de riesgo.
"No podemos desatenderlo por una cuestión de seguridad, más allá de que ese tipo de conexiones resulta perjudicial para todo el sistema", agregó el directivo, quien aseguró que la distribuidora pierde entre el 15 y el 20% de la energía que compra en el mercado mayorista.
Agregó que esas conexiones terminan perjudicando a toda la red, generando colapsos por un consumo, desmedido, que excede la capacidad de las instalaciones.
Por otra parte, equivalen, según estimó, al consumo de 40 mil clientes residenciales.
"Cada conectado que no paga el servicio consume hasta cinco veces lo que uno habitual", puntualizó. Esto se debe no sólo a que no paga la prestación sino que además todos los artefactos de la vivienda son alimentados a electricidad.
La situación resulta por demás delicada desde el punto de vista social y no se remedia, según puntualizó Grioli, con la única intervención de la empresa.
"A nuestro criterio exige un tratamiento interdisciplinario, con la participación del Estado y de otras instituciones", señaló.
Los primeros colgados
Bahía Blanca dispuso del primer servicio eléctrico en 1899, aunque recién en 1907 --con la puesta en marcha de la usina de Brickman y Donado-- la prestación alcanzó regularidad y calidad. De modo simultáneo aparecieron los primeros enganchados, denunciados por la empresa por entender que se trataba de "un robo".
La sustracción se realizaba colocando agujas en las cajas medidoras, luego de perforar el sello de los recintos. La compañía anticipó a estos "consumidores de arriba" que cometían un delito factible de ser penado severamente.
Sin embargo tuvo un inesperado revés cuando el juez interviniente dispuso la libertad del primer colgado. De acuerdo a su interpretación, todo hurto requería la existencia "visible y palpable" de la cosa robada: y la electricidad no era visible.
El código no decía nada sobre la cuestión porque cuando se redactó, "no se sabía si la electricidad era una cosa".
Fuente. Phttp://www.lanueva.com/ Mario Minervino, [email protected]