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Son cada vez más fuertes los indicios que anuncian que la flexibilización laboral comenzará en Vaca Muerta. En estos días se libra una batalla que redefinirá la relación de fuerzas en la industria petrolera. Están en plena negociación las modificaciones al convenio colectivo de trabajo que regirá para la actividad en los yacimientos no convencionales.
Según informa el portal patagónico, Va con Firma, el gobierno nacional ya tiene diagramado el nuevo esquema, que se aplicaría en 2017 y 2018, y que tiene como objetivo bajar el costo laboral para que el negocio de las empresas que perforan Vaca Muerta sea rentable, en tiempos de precios internacionales del petróleo deprimidos.
Como se estima que el crudo oscilará en torno a los 50 dólares en 2017, y Nación planea terminar con el barril criollo para converger con los valores del mercado internacional el año próximo, una de las variables de ajuste serán los trabajadores.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, comenzó a discutir con los gremios Jerárquicos y Privados, así como con la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), el nuevo esquema que piensa tener acordado el mes próximo.
Los cambios en el convenio colectivo se aplicarán en la cuenca neuquina, que monopoliza el desarrollo no convencional en el país. Contempla la eliminación de las “horas taxi”, con lo cual el tiempo de traslado de los operarios al lugar de trabajo no será pagado. Tampoco se abonarán las horas de descanso y habrá cambios en el régimen laboral como la implementación del 2x1 (dos días de trabajo y uno de descanso) y 6x2, y se modificarán los horarios de los turnos.
Además, se dará un mayor margen de maniobra a las empresas para suspender o bajar contratos.
Otra cuestión polémica será el cumplimiento de múltiples funciones de los trabajadores sin que se deba modificar la categoría del personal. Es decir, que un empleado puede pasar de trabajar en un equipo de torre a tareas de operación y mantenimiento, si la operadora así lo requiere, y no deberá ser recategorizado.
La discusión en torno al convenio colectivo hoy es un tema prioritario para el gobierno nacional. Tanto es así que el gobernador Omar Gutiérrez, en sintonía con la Casa Rosada, mencionó el tema en su discurso de apertura de la Oil & Gas Patagonia que se realizó la semana pasada en el Espacio Duam. Aseguró que el líder petrolero, Guillermo Pereyra, ya “lo ha asumido”.
Sin embargo, el gremialista deberá apelar una vez más a su poder de negociación, ya que el nuevo régimen será difícil de defender ante las bases, descontentas por el freno a la actividad y las promesas incumplidas de Macri, a quien apoyaron en masa en el ballotage.
Pereyra adelantó esta semana que no está de acuerdo con el proyecto que tiene en sus manos Aranguren y que va en línea con los pedidos de las empresas, “porque nosotros estamos hablando de reactivación y no de precarización laboral”.
“Pero es un borrador y nos quedan 30 días para armar todo y poder llegar a un acuerdo”, dijo.
“Todos debemos poner algo para poder armar un esquema para que puedan venir los inversores y seamos confiables. El gobierno nacional tendrá que poner algunas cosas también, como el tema del impuesto a las Ganancias”, recordó el gremialista. Esa fue la promesa que llevó a los petroleros a votar en manada a la alianza Cambiemos, arengados por Pereyra, pero por ahora nada cambió.
Con los nuevos tiempos políticos, hay sectores que buscan quitarle poder de fuego a los gremios. Uno de los consultores más influyentes de la industria alertó en los últimos días al gobierno nacional sobre “la connivencia de gobiernos locales con sindicatos” en las provincias de Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Sugirió que el apoyo financiero que baja la Nación a los gobernadores debe tener como condición que se rompa el vínculo entre políticos y sindicalistas.
El costo laboral es apenas uno –y ni siquiera el más importante- de una docena de ítems que tienen identificados por las operadoras para reducir los gastos y hacer viable la explotación de Vaca Muerta con un barril a 50 dólares. Lograr una mayor escala, bajar los costos de los servicios y los insumos, ralear la proliferación de negocios –y empresas- inviables, son cuestiones que tendrán mayor impacto. Sin embargo, la Nación y las petroleras eligieron empezar por la flexibilización laboral. ¿Será una cuestión ideológica de un gobierno cooptado por empresarios, o una señal para el resto del movimiento obrero?.