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Un grupo multidisciplinario del INTI trabaja en la determinación de la huella hídrica de alimentos, considerada como una medida de la eficiencia en el uso del agua en los procesos productivos. De la mano de una tendencia global dirigida a cuidar los recursos hídricos −considerados renovables pero finitos−, busca validar una metodología que pueda luego aplicarse a otros productos.
tento a las tendencias mundiales en relación con el cuidado del agua, el INTI está consolidando un grupo de trabajo, formado por especialistas en diferentes temáticas distribuidos en más de 15 centros del país, que permitirá ampliar la oferta tecnológica en cuanto a evaluar y cuantificar el uso de este vital recurso a lo largo de toda la cadena productiva.
El puntapié inicial ha sido dado en torno a conocer cuánta agua insume la producción de quesos de pasta semidura, trabajo que será realizado con la colaboración de dos empresas ubicadas en las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, que tienen una producción láctea de alrededor de 2200 y 36000 litros diarios, en forma respectiva.
El grupo de trabajo, denominado Comisión de Huella Hídrica de Productos Alimenticios (COHHAL) está integrado por centros del INTI que realizan innovación en alimentos, además de otros vinculados a temáticas afines. Se trata de los centros de Carnes, Lácteos, Agroalimentos, Cereales y Oleaginosas, Envases y Embalajes, Plásticos, Química, Electrónica, Mecánica, Diseño industrial, Ambiente, además de los ubicados en las ciudades de Concepción del Uruguay (Entre Ríos), Mar del Plata, Luján de Cuyo (Mendoza), Rafaela (Santa Fe), Villa Mercedes (San Luis), Salta y otros centros regionales con los que cuenta el INTI en todo el país.
La vinculación cotidiana entre expertos es posible a través de una plataforma virtual que hace posible el intercambio frecuente de experiencias, consultas y capacitaciones, y el marco de la iniciativa está dado a través del Programa de Alimentos Diferenciados del INTI, lo que garantiza que la experiencia que se inicia hoy con el cálculo de huella hídrica de quesos semiduros se extienda luego a otros productos de consumo masivo en la Argentina.
“En el mundo se emplean dos metodologías para evaluar este indicador, la propuesta por la Water Footprint Network (WFN) y la basada en la norma ISO 14046”, dice la ingeniera Claudia Falabella, coordinadora de COHHAL. “Como no existe consenso mundial sobre cuál de ellas finalmente se impondrá estamos explorando las particularidades de ambas para dar respuesta a demandas de la industria apenas se produzca esa definición”, destaca.
Con anterioridad, el INTI ya había incursionado en la aplicación de metodologías destinadas al cálculo de indicadores ambientales. Entre ellas, la determinación de la huella de carbono en productos (indicador que describe las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas a la atmósfera durante el ciclo de vida de un bien, producto o servicio), y el análisis de ciclo de vida (ACV).
En relación a la estimación de huella hídrica, el INTI planea asimismo avanzar en el cálculo de esta huella en la cadena del maní (INTI-Córdoba, junto con INTA Manfredi), y en la incidencia del agua a lo largo de la cadena avícola (INTI-Entre Ríos). También inició el relevamiento en bodegas para contabilizar la cantidad de agua que se emplea en la producción de vinos argentinos (desde INTI Mendoza).