|
La votación se produce un año después de la aprobación del artículo constitucional que la autoriza y supera el porcentaje obtenido entonces (62.4 contra 61).
Previamente, Suiza era el único país en Europa que prohibía el DGP. El artículo constitucional autoriza esta práctica, pero no define cómo aplicarla. Los detalles se especifican en la ley correspondiente. En la primera versión, el Gobierno quería limitar este derecho a las parejas con riesgo de transmitir a su hijo una enfermedad hereditaria grave, que puede manifestarse antes de los 50 años y para la cual no hay tratamiento.
Sin embargo, el Legislativo no se contentó con eso. La ley definitiva que aprobaron los parlamentarios prevé que, antes de ser seleccionados, todos los embriones concebidos en una probeta puedan ser examinados con todas las técnicas genéticas disponibles. Así, los embriones que presenten el síndrome de Down (trisomía 21) podrían ser destruidos antes de la implantación.
Contra la hipocresía
“Muchos medios conservadores opuestos al aborto están también en contra del DGP, mientras que este permite justamente evitar las interrupciones de los embarazos. Y ello, además de la hipocresía que consiste en impedir el DGP y a cerrar los ojos sobre el hecho de que los pacientes van a viajar al extranjero para realizarlo”, señala la senadora demócrata cristiana Cristinia Anne Seydoux-Christe, al celebrar el resultado de la votación.
En el campo contrario, y pese a la desilusión, el diputado socialista, Mathyas Reynard, copresidente del comité del ‘no’ enfatiza el hecho de que se trata de un tema delicado sobre el que se ha logrado una mayor sensibilización.
Considera igualmente que las preocupaciones expresadas por los opositores generaron una serie de compromisos por parte de las autoridades que tendrán que ser respetados.
“Vamos a velar por que la ley no vaya más lejos, por que los discapacitados tengan siempre un lugar en nuestra sociedad y por que la lista de enfermedades no sea ampliada”.