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Quizá sea conveniente que las autoridades se interesen en las consecuencias que tendrá el país por este incumplimiento del contrato, comenzando porque deberá pagar a Argentina el valor del gas que no está enviando, más una multa del 15% de ese valor, según dice la adenda del contrato. El ministro Arce Catacora ha pedido a las alcaldías y gobernaciones “adaptarse” a las nuevas circunstancias creadas por la caída de los ingresos provenientes de la exportación de gas, debido a la caída de los precios y a la reducción de las exportaciones.
Si el país debe, además, pagar por este incumplimiento en los volúmenes enviados, el pedido del ministro de “adaptarse” a las nuevas circunstancias se hace casi dramático, porque los ingresos bajan y a ello se suma que el país debe pagar al comprador. Por el momento, las autoridades argentinas han optado por no aludir a estos temas, pero el Gobierno boliviano haría bien en informar al país que ahora se presenta esta nueva contrariedad. La época de vacas flacas tiene nuevos factores para agravarse.
Lo que sí hay que cuidar es que la producción de gas natural cubra, por lo menos, la demanda interna, que tiene un crecimiento anual del 7% y dentro de 15 años llegará a 30 millones m3/d, según la proyección del experto Carlos Darlach.
El campo Margarita, descubierto en 1998, era uno de los más promisorios del país, sobre todo después de que la española Repsol dijo haber encontrado nuevos bolsones de gas que aumentaron sus reservas y su potencial de producción. Pero algo le pasó al campo, que desde hace dos meses YPFB informa de trabajos de “mantenimiento” y de un “paro programado” que, curiosamente, viene a producirse en pleno invierno.
Con el campo San Alberto en franca declinación, según dicen los datos de YPFB Transporte, los problemas de Margarita llevan la situación de la industria del gas a niveles de gravedad preocupantes.
Fuente: http://www.eldeber.com.bo/