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Los países de la OPEP, liderados por Arabia Saudí, se reúnen el próximo miércoles en Viena para intentar acordar una reducción de las cuotas y estimular así el precio del crudo, a la baja desde hace dos años.
Para evitar que esa reducción se quede sin efecto por el aumento de oferta de los países que no forman parte del cártel, la OPEP intenta convencer en paralelo a los grandes países productores, como Rusia, que hagan lo mismo.
Por el momento Moscú se ha mostrado dispuesto a congelar su producción, que ha alcanzado niveles récord en los últimos meses, pero no a reducirla.
Según Novak, congelar la producción rusa supondría en realidad un recorte de entre 200.000 y 300.000 barriles al día teniendo en cuenta la evolución prevista de la producción.
Moscú explicó que estaba negociando esta cuestión con otros países no miembros de la OPEP, como Kazajistán o México, pero no con Estados Unidos.
La producción rusa de petróleo ha aumentado considerablemente en los últimos años y en noviembre fue de 11,2 millones de barriles al día.
Por eso los expertos consideran que congelar la producción no supondría un gran esfuerzo para Moscú y que en caso de acuerdo de la OPEP, con la prevista subida de precios, los beneficios para su economía, muy dependiente del crudo, serían importantes.
"Según la información que tenemos, las posiciones de los países productores son muy cercanas", dijo Novak, optimista sobre la reunión del próximo miércoles.
Rusia, uno de los principales productores del mundo junto a Arabia Saudí y Estados Unidos, ha sufrido las consecuencias de la caída del petróleo, con dos años de recesión, agravada por las sanciones occidentales por la crisis en Ucrania.
Fuente: http://www.hidrocarburosbolivia.com/