|
El Gobierno mexicano ha emprendido un ajuste de tuercas tras la baja participación de las compañías privadas en la primera subasta del petróleo. La Secretaría de Energía ha anunciado que cambiará algunas de las condiciones tanto de los contratos como de los requisitos para participar en los próximos concursos. El pasado 15 de julio se celebró la primera puja para explorar y explotar yacimientos de hidrocarburos en el Golfo de México, sin embargo, de los 14 bloques que se ofrecieron en subasta solo dos fueron asignados a las petroleras.
Las expectativas tras la reforma energética, que liberó a la industria petrolera después de 76 años de permanecer bajo la tutela del Estado, no coincidieron con las condiciones de un mercado mundial del crudo deprimido. “Las adecuaciones realizadas están dirigidas a captar mayores inversiones, incrementar la generación de empleos y aumentar la producción de petróleo y gas natural, fortaleciendo en todo momento al Estado Mexicano”, ha explicado la Secretaría de Energía en un comunicado.
Entre los cambios están: la flexibilización para formar consorcios; la reducción de los montos que el Estado pedía como garantías; la fijación del valor de los seguros; la especificación sobre las causas de rescisión de los contratos; así como un nuevo ajuste para los beneficios que las compañías pueden obtener de los proyectos. Las autoridades mexicanas han insistido que el fiasco de la primera subasta coincidió con el contexto de un mal momento para la industria y la dificultades geológicas de la oferta mexicana.
Los próximos contratos se subastarán el 30 de septiembre. Se trata de cinco bloques para la extracción de petróleo y gas en las aguas del Golfo de México frente a los estados de Tabasco y Campeche. En este caso, existe la certeza de que se hallarán hidrocarburos, por lo que se espera una puja competida. El entusiasmo del Gobierno mexicano se ha transformado en cautela: la semana pasada, el ministro de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, reconoció que la subasta de yacimientos en aguas profundas --la más esperada por las empresas internacionales-- será postergada un par de meses y se conocerá en septiembre.
El entorno de precios bajos en los hidrocarburos cumple ya un año de hundir el coste del barril de petróleo. La mezcla mexicana de exportación ha llegado este jueves a venderse en 41,41 dólares por unidad, uno de sus niveles más bajos. Algunas petroleras han anunciado que sus portafolios de inversión tendrán que ser más selectivos en los próximo meses, y México continúa buscando un hueco entre ellos.
Fuente: Economia.elpais.com