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Al menos 16 personas murieron a causa del tifón Koppu, que también destruyó aldeas y campos de arroz quedaron inundados en el norte del archipiélago de Filipinas. A pesar de haberse debilitado, ayer todavía descargó lluvias torrenciales en tres cadenas montañosas, y arrasó amplias zonas de arrozales al norte de Manila.
El tifón, que tocó tierra el domingo en la costa oriental de Luzon, la principal isla de las Filipinas, obligó a más de 60.000 personas a abandonar sus viviendas, según precisaron las autoridades. Se trata del segundo tifón más potente en golpear este año el archipiélago, y se desplaza muy lentamente hacia el norte.
Las autoridades reportaron 16 muertos, entre ellos siete personas que fallecieron al volcar un ferry, tres residentes de la provincia en la que Koppu tocó tierra, y un niño que fue golpeado por un árbol al caer. El gobierno espera que el balance aumente a medida que vayan recibiendo informaciones sobre la situación de las localidades más afectadas.
Unidades de rescate del ejército, del gobierno y de voluntarios asistieron con barcas neumáticas a los residentes que se encontraban en las decenas de localidades inundadas, explicó Nigel Lontoc, director adjunto de seguridad civil de la región. "El nivel del agua está aumentando deprisa y hay gente sobre los tejados", explicó a la AFP. Además, indicó que no había suficientes efectivos de rescate y que no sabía a cuántas personas se habría podido salvar.
El Koppu llegó inicialmente acompañado de vientos con corrientes de hasta 210 km/h. Ayer se encontraba sobre la costa noroeste de Luzon, y los vientos habían disminuido a 150 km/h. No obstante, las lluvias seguían siendo intensas y se prevé que Koppu se dirija hacia el este antes de abandonar Luzon el miércoles.
Filipinas sufre regularmente tormentas mortales, y cada año ve pasar un promedio de veinte tifones. El archipiélago, de 1.700 islas, suele ser la primera masa de tierra importante con la que se cruzan los tifones que se forman en el océano Pacífico.
Fuente: Perfil.com