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México-Ante la necesidad de Petróleos Mexicanos (Pemex) de contar con una tecnológica que facilite el transporte de aceite pesado y extrapesado, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) desarrolló biotensoactivos que reducen la viscosidad del hidrocarburo y disminuye costos de operación.
La tecnología logra que la paraestatal tenga flexibilidad operativa en el trasporte de petróleo que se realiza por medio de ductos desde los centros de producción hasta las refinerías.
En México, al menos el 50 por ciento de las reservas de petróleo crudo son de lo tipo pesado y gran parte extrapesado. Por ello, Pemex está muy interesado en la tecnología, ya que en el transporte se generan problemas en caída de presión y calentamiento del hidrocarburo que cuesta dinero y producción de este por día. Ante ello, el proyecto del IMP funge como alternativa, señaló el doctor Jorge Arturo Aburto Anell, ( fotografía), gerente de Transformación de Biomasa del IMP y líder de la investigación.
El proyecto consiste en mezclar el petróleo con agua por medio de biotensoactivos (sustancias que permitieran formar una emulsión), los cuales se obtienen de la biomasa vegetal, arboles, pasto, residuos de maíz y trigo, y que tienen en su composición cierto tipo de moléculas.
“Lo que hicimos fue obtener una fracción de esas moléculas, modificarlas de cierta forma que permitiera tener una emulsión estable del petróleo en agua. Es similar a la mayonesa, sólo que la cantidad de agua que tiene es muy pequeña y la nuestra es mayor”.
Al hacer emulsión se reduce de manera sustancial la viscosidad del petróleo. “Estamos hablando de un petróleo que es prácticamente sólido y viscoso, y cuando lo emulsionamos en agua la viscosidad es equivalente a la de un líquido que fluye sin ningún problema. Además, el proceso no modifica la composición y propiedades del hidrocarburo”, detalló el doctor Aburto Anell.
El investigador relató que el proyecto tiene beneficios debido a que en los campos de petróleo se produce mucha agua que está dispersa en el petróleo, lo cual aumenta la viscosidad y genera problemas de transporte; sin embargo, al hacer una emulsión inversa se elimina la densidad, se reducen problemas de operación asociados a compuestos químicos como asfalteno y parafina.
Gracias a que el proyecto pasó por fase de laboratorio y planta piloto se logró formular una emulsión en gran volumen y probar el flujo del petróleo en un ducto instalado en el estado de Veracruz. También se obtuvo una patente nacional y cuatro están en solicitud, de estas dos son mexicanas y el resto internacionales, en Estados Unidos y Canadá.
Actualmente se busca realizar pruebas in situ. “Vamos ir a un pozo de Pemex y hacer pruebas tecnológicas que nos van a permitir en situación real medir la viabilidad técnica y económica”. (ID)