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Castilla y León otorgó 37 concesiones de explotación minera desde 2011
Valladolid- Un total de 37 concesiones de derechos mineros que concluyeron en explotación fueron otorgadas por la Junta de Castilla y León en los últimos seis años.A estos se les suman otros 69 permisos de investigación o exploración, muchos de ellos aún vigentes, entre los que existe la esperanza de poder encontrar el mineral buscado para radicar infraestructuras que contribuyan a crear riqueza y empleo en el medio rural, principal espacio en el que se solicitan estas instalaciones.
La decadencia del sector de la minería del carbón ha encontrado su contrapunto en el interés por el desarrollo de proyectos de minería del wolframio -utilizado ahora para la industria de iluminación, lejos del sector armamentístico del siglo XX- y el hierro. También los minerales radiactivos, como el uranio -sólo en la provincia de Salamanca- y otra minería de menor dimensión económica, pero muy estable. Estos derechos mineros, en su conjunto, ocupan unas 5.000 cuadrículas mineras, equivalentes unas 150.000 hectáreas.
Según un documento al que ha tenido acceso Ical, las inversiones en investigación en los últimos seis años superan globalmente los 10 millones de euros. No obstante, es en la fase de implantación de proyectos de explotación donde se realiza el mayor desembolso en instalaciones y plantas de tratamiento, sobrepasando ampliamente los 100 millones de euros en conjunto, partida que se materializa, en cada caso concreto, en un entorno temporal de uno a tres años, a ello se suman los costes operativos.
El director general de Energía y Minas, Ricardo González Mantero, señala que la mayoría de estas empresas que explotan calizas, arenas, gravas, arcillas, areniscas y pizarra son españolas y con una «base operativa grande en Castilla y León». Algo que no sucede con la minería metálica, como es el caso del wolframio. «Suelen ser multinacionales», relata. Así ocurre en las localidades de Los Santos, en una mina explotada por los canadienses de Grupo Almonty, y en Barruecopardo, con la empresa Saloro, de capital irlandés, y que según indica en su página web, desde su creación en 2004 ha invertido cerca de 13 millones de euros en estudios y trabajos de preparación.
Minería emergente
Entre la minería emergente, uno de los sectores que constituye un sector «importante» en Castilla y León, subrayó, es la investigación y explotación de feldespatos, con aplicaciones en la industria del vidrio y la cerámica y como material de carga de plásticos cauchos, adhesivos y selladores. Igualmente, hay un «creciente interés en la revaluación de yacimientos de casiterita como mena del estaño», cuya aplicación industrial más importante es el recubrimiento anticorrosivo de los envases de conservas alimenticias, utilizándose por su bajo punto de fusión en electrodos de soldadura y recubrimientos antifricción de elementos metálicos sujetos a fuerte desgaste.
«Nuestra Comunidad tiene un alto potencial minero que es necesario cuidar como importante generador de riqueza», destaca, quien finaliza que las competencias en esta materia están transferidas a los gobiernos autonómicos, pero con una ley en vigor que preconstitucional, de 1973 que, de momento, no impide que sean los ejecutivos regionales los que otorguen las autorizaciones.