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Marubeni, la socia en Chile de Antofagasta Minerals, ha vivido un año crítico, pues la división de Metales y Recurso Minero de la japonesa no ha quedado exenta del negativo escenario que vivieron las mineras el año pasado, debido a la caída en el precio del cobre.
Sobre esto Sergio Jarpa, el nuevo CEO de Marubeni LP Holding, explica que “los resultados se han visto afectados a nivel global por el descenso de los precios del hierro y cobre, donde participamos como socio minoritario en operaciones en Australia y Chile, respectivamente, y cuyo balance oficial será dado a conocer próximamente, dado que el año fiscal concluyó el 31 de marzo de este año”.
El ejecutivo, adelanta que es optimista respecto de 2016, año donde Antofagasta Minerals debería superar los problemas productivos del año pasado. “Los resultados de 2015 estuvieron influenciados por los fenómenos climáticos que se vivieron en Esperanza (marzo) y el retraso en la puesta en marcha a plena capacidad de Antucoya, situaciones que se espera no estarán presentes este año, por lo que proyectamos mejores resultados el 2016”, proyecta.
Sobre si estar satisfecho con la alianza creada con el grupo Luksic, donde son socios en Pelambres (9%), Esperanza (30%), Tesoro (30%) y Antucoya (30%), Jarpa sostiene que hubo preocupación por los resultados de Antofagasta Minerals en 2015, los peores en 14 años. “Nos preocupa el margen. Aún hay un margen positivo, pero es bastante menor comparado con el que hubo cuando el precio del cobre estuvo a USD 4 la libra”, afirma.
De todas formas señala que están “conscientes de la realidad”. Por eso aplauden el plan de costos aplicado por la minera privada, proceso que, indica, “ha sido todo lo tan agresivo que podía ser”. “Ahora hay que esperar los frutos, los que llegarán cuando el precio nos acompañe un poco más”, dice. Añade que si el metal llega a USD 3 la libra “estaríamos en condiciones de gritar viva Chile y viva Japón”.
Consultado sobre cuándo cree que repuntará hasta los USD 3 la libra, indica que “después del 2020, en el mejor de los casos”. Pero agrega que la industria estaría mejor con una cotización del metal promediando USD 2,50 la libra, lejos de los USD 2,14 de hoy. “Este valor permite tener un margen para invertir. Con ese precio podrían renacer proyectos”, indica.
También la compañía estaría observando las ofertas de proyectos en Perú y México y al respecto cuenta “estamos mirando caso a caso. La situación geopolítica del país es importante, pero no es el único. Hoy, pensamos que Chile sigue siendo atractivo, pero Perú también lo es, no como el caso de Argentina y Colombia, países que pensamos hay que darles más tiempo. México es otro país que en minería del cobre es atractivo para la inversión”.
Agrega respecto a las posibilidades de otros países de superar a Chile que “Perú nos está ganando por el mayor porcentaje de aumento de su producción”, afirma.
“Chile ha mantenido su ritmo productivo en la última década y que, además de Antucoya y Escondida, operaciones que entrarán este año, “no hay nada más”. En cambio, “en los últimos tres años, Perú ha duplicado su producción y los grandes proyectos mineros que están entrando en producción están en el vecino país”, recalca.
Pese a esto, afirma que Chile seguirá siendo el mayor productor de cobre del mundo, pero que los saltos productivos que se esperaban para el país -nueve millones de toneladas al 2020 – no se producirán. “La realidad nos está dando un portazo. Fuimos como país un tanto optimistas y aún hay un cierto grado de optimismo, pero creo que es hora de poner los pies en la tierra”, vaticina.
En el corto plazo, la apuesta de Marubeni es el desarrollo del distrito Centinela, donde participan con el 30% y son nuevamente socios de Antofagasta Minerals. La japonesa, que en Chile ha invertido USD 3 mil millones los últimos cinco años, indica que los USD 2.700 millones que implica este proyecto, cuyos permisos ambientales se esperan para los próximos meses, son “más que suficientes”. Sin embargo, la decisión de inversión se podría demorar, pues las compañías recién lo decidirán cuando el precio del cobre comience a repuntar, lo que se espera “hacia dentro de los próximos dos años”, reconoce Jarpa.