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La edad determina cómo los girasoles siguen el sol
Los más jóvenes lo hacen durante todo el día para obtener mayor radiación, pero cuando maduran se mantienen fijos.
Pero lo que más los intrigaba era la capacidad de sus flores para seguir el movimiento del sol y por lo cual justamente son llamados girasoles. El misterio parece haber sido resuelto por investigadores de la Universidad de California en Davis. Determinaron que estas plantas emplean un reloj biológico que actúa sobre las hormonas de crecimiento.
Los investigadores descubrieron que mientras los girasoles jóvenes siguen al sol de este a oeste, los maduros abandonan ese ciclo y quedan fijos mirando al este durante todo el día.
"Es el primer ejemplo de un reloj circadiano en vegetales que regula el crecimiento en un entorno natural, y que además tiene repercusiones en el desarrollo de la planta", destaca Stacey Harmer, profesor de biología de las plantas en UC Davis y autor principal del estudio, que publica la revista Science.
Harmer es un biólogo molecular que investiga los relojes circadianos en plantas de laboratorio. En particular trabaja con la Arabidopsis , que es más pequeña que un girasol. Mediante esa investigación ya había descubierto vínculos entre los genes que regulan el ritmo circadiano y la hormona vegetal auxina, que regula el crecimiento.
Pero Harmer y sus colaboradores necesitaban un ejemplo en ambiente natural, el que encontraron en el girasol común ( Helianthus annuus ), al que expusieron tanto a luz solar como a luces LED.
Determinaron que cuando las flores estaban en una cámara de crecimiento con iluminación superior constante, mantuvieron sus ritmos de dirección durante varios días antes de que el patrón se deteriorara y lo recuperaron cuando se estableció un sistema paulatino de encendido y apagado de las luces, lo que sugiere que las plantas se basan en un horario dictado por su reloj biológico.
También comprobaron que al atar al girasol para impedir su movimiento perdía eficiencia en la fotosíntesis.
Cámara rápida
Para saber cómo las plantas movían sus tallos durante el día, los filmaron durante largo tiempo y luego observaron los videos en la modalidad de cámara rápida. Descubrieron que durante el día el lado del tallo expuesto al sol crecía en forma más rápida que el contrario. En cambio, durante la noche el lado contrario era el que crecía más veloz.
Detrás de ese desarrollo habría dos mecanismos de crecimiento: uno básico, basado en la luz disponible, y otro controlado por el reloj biológico y la dirección de la luz, que hace crecer un lado u otro.
Una vez que el girasol madura, el crecimiento se detiene. La planta deja de moverse durante el día y queda fija mirando al este.
De esta forma, la superficie del girasol se calienta más rápido en la mañana, lo que garantiza más polinizadores. "A las abejas les encantan las flores tibias", dice Harmer.
Fuente: Agencias.