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La empresa Forestalia, que proyecta la construcción de una planta biomasa de Monzón (Huesca), ha entregado al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) las conclusiones de un estudio en el que asegura que la construcción de la misma "no afectará a la calidad del aire" de la localidad aragonesa.
Forestalia dice en un comunicado que el nuevo estudio sobre el impacto medioambiental de la planta de Monzón fue encargado a una consultora externa, de la que no especifica el nombre, y en el que asegura haber “contrastado casi un millón de datos por cada tipo de emisiones a la atmósfera”.
La nota dice que el informe ha sido entregado al INAGA y en él se “han considerado las medidas anuales y percentiles para comparar con los límites establecidos por la legislación” sobre calidad del aire en lugares específicos de la localidad como el Polígono Paules, donde se ubicaría la planta, el Parque del Molino, el Parque de la Azucarera, la Plaza Mayor, la Plaza de la Constitución y la Plaza de la Iglesia de San José.
Asegura Forestalia que según las hipótesis recogidas en el informe, cumplirían la legislación vigente sobre emisiones atmosféricas e insiste en que “no existe incineración alguna en el proceso, sino un sistema de combustión lenta, mediante la tecnología del lecho fluido” y se compromete a seguir impulsando el proyecto “con total transparencia, participación y todas las garantías legales y administrativas”.
El proyecto de construcción de la planta, que “tiene la oposición de una mayoría de la población de Monzón”, se ubicaría a unos 600 metros de la localidad para “la generación de unos 50 megavatios que irían directamente a la red eléctrica”, ha asegurado a EFE el coordinador de Ecologistas en Acción (EA) en Huesca, Alejandro Serrano.
El activista de EA ha explicado que “el Ayuntamiento de Monzón y técnicos del INAGA aprobaron la construcción de la planta de biomasa en un terreno de uso agrícola que tuvo que recibir un permiso especial“, y no incluía un estudio sobre los benzopirenos y la dispersión de partículas contaminantes que midiera la totalidad de emisiones de las industrias presentes en la localidad.
Querella de Ecologistas en Acción
Por ello, según Serrano, EA interpuso el pasado mes de abril una querella contra los funcionarios del Ayuntamiento de Monzón y del INAGA, que dieron el informe favorable para la construcción de la planta, la misma que fue archivada por la jueza que “no ve dolo” en la decisión, pero que los ecologistas han “recurrido ante la Audiencia Provincial de Huesca”.
Según EA, tras la polémica, el primer informe que Forestalia presentó al INAGA, organismo dependiente del Servicio de Cambio Climático de Aragón de la Conserjería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Agricultura del Gobierno de Aragón, “no estaba firmado por un técnico competente”, y “no recogía mediciones de benzopirenos, fundamentales en instalaciones de este tipo, que deberían hacerse de forma anual, en invierno, cuando se quema más madera y los niveles de emisión son mayores”.
Serrano ha expuesto que además del proceso penal, EA ha interpuesto tres causas contencioso administrativas en contra de las decisiones adoptadas por el Ayuntamiento de Aragón e INAGA, que no se verán hasta que no se resuelva la querella recurrida.
Campaña de divulgación de los perjuicios
El activista ha dicho, además, que se ha hecho una campaña de divulgación en Monzón sobre las consecuencias de la construcción de una planta de este tipo para los habitantes de la localidad, para lo cual se ha recurrido a uno de los catorce expertos en toxicología y enfermedades raras de la Comunidad Europea, Eduardo Rodríguez Farré, quien ha planteado un posible índice de “mortandad futura para los habitantes de Monzón” por la emisión de benzopirenos.
La planta trabajaría con “la quema de 1.200.000 kilos de madera de chopo al día, es decir 54.000 a la hora, durante las 24 horas al día, once meses al año, a 600 metros de la localidad“, ha dicho Serrano que explicó el experto europeo.
“No hablamos de una hoguera si no de una instalación que pretende generar energía para unas 300.000 habitantes con madera destinada al consumo humano o animal“, en un país en el que “en el día que más energía se consume se gasta la mitad del total de potencia que se genera”.
Cultivos de chopos
Además, apunta EA, se crearán cultivos de chopos, “que no son bosques“, y que tienen un periodo de vida tras el que el suelo sufre desgaste.
Varios informes médicos recogidos en la página web de la Plataforma en contra de la incineradora de Monzón, recogen que las emisiones a la atmósfera de los benzonpirenos pueden traer varios perjuicios para la salud, sobre todo de tipo respiratorio y alérgico sin descartar los cancerígenos. Efeverde
Fuente: http://www.efeverde.com/