A estudiar con campera y bufanda. Así cursan los chicos del CEM 2. (Marcelo Martínez)
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Escuelas en jaque por problemas con el gas
¿Cuántos caloventores se pueden conectar sin que salte la línea eléctrica? Esa es la principal pregunta a resolver en varios colegios de la ciudad. Ante el deplorable estado de las redes de gas, el sistema se debate entre los parches y las soluciones definitivas.
En algunas escuelas en Bariloche los temas cotidianos no son la planificación anual, las estrategias pedagógicas ni los criterios de evaluación, sino cuántos caloventores se pueden conectar sin que salte la línea eléctrica.
Cientos de alumnos penan desde hace semanas junto a sus docentes por sobreponerse al frío y hacer que todo resulte lo más normal posible, mientras los plazos para que la empresa Camuzzi otorgue el aprobado y devuelva el medidor de gas se extienden sin fecha.
Esto último fue lo que pasó en escuelas como la primaria 267 del barrio Las Quintas o en el CEM 2 de Melipal, donde las pérdidas de gas sembraron la alarma y los técnicos de la empresa a cargo del servicio no dudaron un segundo en cerrar las llaves de paso y llevarse los medidores, hasta que Educación repare todo a nuevo y presente los planos.
Problemas similares afectan desde comienzos de año a la escuela municipal de arte La Llave, que sigue sin gas, también depende de la calefacción eléctrica y perdió a la mitad de sus alumnos.
También el centro de asistencia para pacientes de salud mental Camino Abierto, ubicado en el barrio Ñireco, lleva más de dos meses cerrado por problemas con la instalación de gas.
La era de los “split”
La delegada local del CPE, Marta Corvalán, dijo que el compromiso fue evitar la interrupción de las clases y por eso buscaron soluciones alternativas con la instalación de equipos “split” de aire caliente y de una segunda línea de provisión eléctrica para que no salten los disyuntores. Señaló que para optimizar el rendimiento los caloventores funcionan todos “a 22 grados”.
En el CEM 2 decidieron colocar un “garrafón” que permita asegurar la calefacción hasta que esté lista la nueva red de gas. La obra fue licitada la semana pasada y tiene un plazo de ejecución de 120 días. Los contratiempos estuvieron signados en cada caso los contratiempos por protestas públicas y enojos de los padres, que reclamaron por la continuidad de las clases.
Corvalán admitió que durante años Educación no certificó las obras ni presentó planos de los edificios escolares. “Lo que yo le propuse a los padres y estuvieron de acuerdo es ‘basta de parches’. Estamos dispuestos a pagar el costo que haga falta, pero con escuelas más seguras”, dijo la funcionaria.
Obras demoradas
Desde la Unter cuestionaron la política de continuar las clases de cualquier forma. Según el secretario general del gremio, Edgardo Straini, “en la 267 la instalación nueva iba a estar hace diez días, pero no la terminaron. Si hubieran parado las clases una semana estaría todo listo. Continuar de esta forma también provocó un alto ausentismo”.
Corvalán minimizó la demora. Dijo que esta semana presentaron el “plano total” de la nueva obra y que sólo falta la inspección de Camuzzi, la prueba de hermeticidad y la reinstalación del medidor.
La delegada reconoció que el desmadre es tal que prácticamente no hay escuela que tenga todas sus redes internas y artefactos en regla. “Durante años en las escuelas se inauguraban obras, se cortaba la tirita, pero nada estaba declarado -acusó-. Es común que donde figura un calefactor de 5.000 calorías haya uno de 9.000”.
Explicó que los equipos de calefacción eléctrica empleados en las escuelas con problemas “forman parte del inventario” del CPE y habían sido comprados el año pasado cuando también se cortó el gas en el edificio que comparten los CEM 33 y 44. Otros fueron enviados por el mismo organismo desde Viedma.
Actuar sobre la emergencia y sin planificación alguna obligó a Educación a gestionar ante la CEB la “bajada” de nuevas líneas eléctricas que absorban el sobre consumo y también ante la secretaría de Energía e YPF Gas por la instalación de garrafones.
CEM 2: un garrafón hasta la nueva obra
Tiene 610 alumnos en dos turnos. Está sin gas desde el 8 de agosto. Ante la denuncia de una madre por pérdidas en la cocina, Camuzzi retiró el medidor. La solución inmediata del CPE fue poner calefactores eléctricos. Pero se complicó porque la red de la CEB en Melipal funciona al límite.
Colocaron “split” en 8 de las 11 aulas. Debido a la “rotación”, los chicos tienen clases entre 3 y 4 días por semana. Hace una semana se licitó la obra de la instalación de gas nueva para toda la escuela. Debería estar lista en 120 días. Trabajan en la platea donde emplazar un “garrafón” de gas envasado: permitiría reanudar las clases sin rotación, hasta fin de año.
El futuro sistema de calefacción será con caldera y circulación de aire.
Escuela 267: faltan la verificación y las pruebas
Tiene 520 alumnos. Está sin gas desde el 2 de agosto, cuando Camuzzi retiró el medidor a partir de una denuncia. Compromiso inicial: 30 días tardarían las obras de reparación. Aún no están listas. Según la Unter “el problema es que el Consejo no tiene la plata”.
Instalaron equipos “split” en todas las aulas, porque es “lo más higiénico y seguro” hasta que vuelva el gas de red. Desde Educación aclararon que las obras se realizan a nuevo, con gasistas matriculados, porque no siempre fue así. Muchos de los insumos son enviados desde Viedma y la decisión fue “pagar el costo que haga falta, pero garantizar la seguridad”.
Los contratistas ya presentaron los planos y ahora falta la verificación final y las pruebas, a cargo de Camuzzi.
“La llave”: no va la mitad de los alumnos
La escuela municipal lleva 176 días sin gas, también por intervención de Camuzzi. Allí funcionan unos 25 talleres artísticos para niños, adolescentes y adultos.
Al comienzo estuvieron tres semanas sin clases. Luego retomaron la actividad con los recintos parcialmente calefaccionados mediante aparatos eléctricos, algunos llevados por los propios docentes. Debido al frío, la matrícula inicial (de 1.700 alumnos) se redujo a la mitad.
La obra de remodelación exigida se demoró más de dos meses porque el municipio “no tenía partida”. A fines de agosto el Soyem denunció que aún no se habían comprado once calefactores, un termotanque y una cocina, también por falta de recursos.
Fuente: http://www.rionegro.com.ar/