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La invitación le llegó porque, durante su doctorado entre 2009 y 2014, hizo varios viajes de exploración bibliográfica y de otras fuentes en esta biblioteca. “Durante todas las estancias breves de exploración de fuentes que realicé en la Biblioteca del Congreso trabajé muchísimas horas, en la soledad que nos caracteriza a las/os investigadores durante esta parte del proceso de investigación. Referencistas de la biblioteca atestiguaron y acompañaron de un modo generoso y dedicado mi trabajo. Seguimos en contacto todos estos años y entablamos un vínculo hermoso de colaboración”. Sobre la presentación mencionó: “Fue muy bien recibida y quedaron a disposición posibilidades de colaboración a futuro para mi trabajo de investigación.”
En rigor, el 1 de septiembre pasado, Tarzibachi realizó una presentación informal de su tesis doctoral ante investigadores/as de Biblioteca del Congreso de Washington DC, y el 29 de septiembre, realizó la presentación formal en el Pickford Theater localizado en el James Madison Building en un evento co-auspiciado por la División Hispánica y la División de Ciencias Sociales y Humanidades de esa institución. Esta biblioteca está compuesta no de uno, sino de tres edificios inmensos que atesoran todo tipo de fuentes históricas y actuales y realizan eventos para la comunidad local, entre otras actividades. La presentación fue enmarcada dentro del mes en que se celebra la Herencia Hispánica en Estados Unidos (The National Hispanic Heritage Month).
“La producción de los estudios feministas y de género en Argentina está en expansión y se vienen produciendo investigaciones de altísimo nivel académico –agregó la investigadora respecto a su presentación y su tema de tesis en Argentina-. Sin los diálogos con las investigaciones históricas antecesoras y contextuales para mi trabajo dentro del campo de los estudios de género realizadas por colegas argentinas/os y sin la dirección atenta, cuidadosa y constante de mis directoras, mi trabajo no se hubiera enriquecido. Siempre hay muchas personas involucradas detrás de cada logro personal y creo que es fundamental reconocerlas. Celebro todas las nuevas investigaciones que se están produciendo en el campo de estudio sobre género y cuerpo menstrual en Argentina.”
Sobre su tesis
El interés de esta investigadora respecto a las temáticas femeninas que atraviesan su trabajo científico tiene su génesis en la relación con su madre y su hermana. “Sin ser una académica debo reconocerle a mi madre y, luego a la lucidez intelectual de mi hermana Mercedes que estudió la carrera de Sociología, la posibilidad de cultivar esa sensibilidad por las cuestiones referidas a la inequidad de género”. Además, una instancia de formación fundamental para su posterior tesis, que recuerda como “apasionante en términos intelectuales”, fue la oportunidad que tuvo de estudiar las materias de grado que quisiera en la Universidad Autónoma de Madrid dentro de su carrera de Psicología, como resultado del otorgamiento de una beca de intercambio académico a través de un concurso propiciado por la Universidad de Buenos Aires (UBA). “En esa universidad española elegí cursar, entre otras tantas asignaturas, Pensamiento Feminista en la carrera de Filosofía, con la Dra. Cristina Sánchez Muñoz, a quien le estaré siempre agradecida. Además de cautivarme con sus clases, con las lecturas y los debates, ella me introdujo en seminarios extracurriculares sobre feminismo con el equipo de Celia Amorós. En el 2002 volví transformada de ese viaje luego de haber estudiado por primera vez y de forma sistemática la genealogía y complejidad el pensamiento feminista”.
Primero estudió, a través de una beca de la UBA, el discurso de género en el Jardín de Infantes. Se ocupó de registrar cómo era la organización de esa institución de nivel inicial, qué estereotipos de género reproducían las maestras, y cómo los niños y las niñas paulatinamente se segregaban por razón de sexo en sus juegos y en la elección de sus juguetes. En 2009, ingresó a CONICET como becaria, para realizar su doctorado en estudios de género en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA bajo la dirección de las Dras. Mónica Szurmuk y Dora Barrancos: en su investigación doctoral se concentró en aspectos socioculturales relativos a la menstruación y al cuerpo menstrual porque, “además de que el tema me pareció y me sigue pareciendo apasionante por varios motivos relativos a la construcción del cuerpo de las mujeres en clave de género, había una escasa producción académica local sobre el tema”, comentó. En 2015, Tarzibachi obtuvo su título como doctora en ciencias sociales con la máxima calificación.
Las toallas y los tampones manufacturados y descartables producidos por la industria autodenominada de “Higiene o Cuidado Personal Femenino” fueron en su investigación un prisma para entender cómo su difusión y consumo transnacional en ambos países –Estados Unidos y Argentina- ayudó a producir una nueva práctica disciplinaria dirigida al cuerpo de las mujeres que “normalizó la menstruación y reprodujo narrativas tradicionales sobre el género en diferentes planos. A largo plazo, esa práctica consolidada gradualmente a lo largo del siglo XX no sólo ocultó el cuerpo menstrual de un modo efectivo y proveyó un nuevo modo de pensar, hablar y gestionar la menstruación. En una perspectiva más amplia, ese proceso pivotó en torno al rasero normativo del ideal corporal a-menstrual, masculino, y ayudó a ocultar el estigma de la menstruación”, explicó la investigadora.