La ilex paraguariensis tiene propiedades antioxidantes, vitaminas del grupo B, potasio, magnesio, aporta energía y ayuda a combatir el colesterol malo.
|
|||
|
La yerba mate es una de las materias primas más frecuentes en la canasta de compras de los argentinos; las estadísticas son elocuentes: en el 98% de los hogares se la consume. En efecto, para el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) una persona ingiere un promedio de 100 litros de mate al año, mientras bebe alrededor de 50 litros de gaseosa, 30 de vino, 34 de cerveza y 18 de agua mineral.
Más allá del valor cultural, la yerba mate es materia prima de una importante cadena agroindustrial en las provincias de Misiones y Corrientes, donde se concentra el cultivo. Entre 2012 y 2015, el sector abasteció el mercado interno con más de 250 mil toneladas por año; volumen que ubica al país por delante de Brasil y Paraguay.
Con más de 200 mil hectáreas sembradas, 17 mil productores, 210 secaderos y 110 molinos, la elaboración se orienta fundamentalmente al consumo local, aunque en los últimos años ha crecido la cantidad de molienda destinada a la exportación. En 2010, se vendió yerba mate por 41 millones de dólares a lugares como Siria, Chile, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, entre otros.
En ese contexto, los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) y de Educación, el gobierno de la provincia de Misiones, el CONICET, la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Plataforma Bioinformática Argentina (BIA), la Universidad Nacional de Misiones (UNAM) y el INYM lanzaron PRO.MATE.AR, una iniciativa que tiene por objeto la completa caracterización del genoma de la planta ilex paraguariensis –denominación científica–.
Descifrar el genoma de la yerba mate implica mapear el conjunto de genes que la componen. Este proceso, asistido por la Bioinformática posibilitará entre otras cosas: precisar los muchos químicos que contiene, la determinación de las variables que intervienen en el desarrollo y crecimiento, así como la identificación de los mecanismos químicos específicos y el sexado de las plantas desde temprana edad.
"Es un paso muy importante en la investigación con intenciones de aplicación directa a los cultivos, porque permitirá conocer todas las regiones del ADN", señaló el responsable del proyecto y decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (UNAM), Dardo Martí.
PRO.MATE.AR es una experiencia con muy pocos antecedentes en el mundo y que, además, se trata de "un proyecto 100 por ciento nacional que no sólo incorporó equipamiento, sino que también deja capacidad instalada a través de la formación de recursos humanos", enfatizó Martí. Y añadió: "No sabemos el techo que pueda alcanzar esta iniciativa, ya que los resultados estarán abiertos a futuros trabajos de la comunidad científica".
Por su parte, el director de la BIA, Adrián Turjanski, consideró que el genoma servirá para responder –o repensar–: ¿Puede la yerba mate sintetizar la misma cantidad de aspirina que el café? ¿Qué otras cosas elabora en el interior y dónde están localizados los genes intervinientes? ¿Hay relación entre la luz solar que recibe la planta y la cantidad de alguno de los compuestos? ¿Es posible una variedad sin cafeína? ¿Existe algún gen que aumente las características beneficiosas o que modifique el sabor?
Los estudios que se practicaron hasta el momento corroboran que la ilex paraguariensis tiene propiedades antioxidantes, dado que contiene altos niveles de polifenoles que mejoran las defensas naturales del organismo y lo protegen del daño celular. Asimismo, contiene vitaminas del grupo B, que son esenciales para la producción de energía y de células rojas de la sangre.
El mate también es fuente de minerales porque provee potasio y magnesio que son beneficiosos para el corazón y para la incorporación de proteínas; de igual modo, posee un efecto energizante en base a xantinas (cafeína, teobromina, teofilina), que estimulan el sistema nervioso central y promueven la actividad mental, mientras que el consumo regular ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos.
Turjanski espera que, a través de la determinación del genoma, "se pueda incentivar la yerba mate para que produzca en mayor cantidad determinados elementos, para luego purificarlos y venderlos", aunque el especialista desestimó el uso de técnicas transgénicas, ya que "se podrán seleccionar los especímenes más convenientes y cruzarlos sin necesidad de modificar el organismo. Normalmente esto se hacía a través de la observación, pero tratándose de un árbol que tarda mucho en crecer el proceso de selección es largo; ahora podremos reducir drásticamente los tiempos".
Por último, el director de BIA destacó: "PRO.MATE.AR surgió para poner en valor la yerba mate mediante la ciencia". A su vez, agregó: "Nosotros queremos transferir. Ciencia básica es una parte, pero buscamos la participación de más actores. Si bien estamos en una etapa de recopilación y análisis, nos encontramos en condiciones de brindar soporte a otros grupos de investigación e, incluso, a empresas". En ese sentido, Turjanski fue categórico al ponderar las potencialidades tecnológicas y productivas que este proyecto despliega para la economía regional.