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El Gobierno decidió autorizar a petroleras privadas a importar crudo a precio internacional, por debajo del valor local y buscando recomponer el nivel de rentabilidad de los refinadores.
Las operadoras sostienen que desde la devaluación del 17 de diciembre, el dólar se encareció un 49% presionando sobre sus costos. En ese lapso, los precios de las naftas y gasoil se incrementaron "sólo" un 6%, muy por debajo de la depreciación del peso en torno a la moneda estadounidense y también lejos de los índices de inflación.
Para balancear esa ecuación, un grupo de petroleras -Shell, Axion Energy, Petrobras y Oil- adquirió un barco de crudo cargado con un millón de barriles de petróleo de tipo Bonny Light desde Nigeria que arribará al país el 25 de febrero. Será la primera importación de crudo a cargo de empresas privadas en más de cinco años.
El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, que hasta mediados del año pasado se desempeñó como presidente de Shell en Argentina, se excusó de intervenir en cualquier tema vinculado a la petrolera europea. Todo asunto del que participe Shell pasa directamente a sus colaboradores. En este caso, las cuestiones ligadas a la venta de combustibles las resuelve Pablo Popik, subsecretario de Refinación y Comercialización.
En los últimos dos años, la compra de crudo en el exterior funcionó avalado por Enarsa, la empresa de estatal de energía creada por Néstor Kirchner en 2004, y la operatoria técnica en YPF. Ahora volverá a estar directamente en cabeza de los privados. El año pasado las petroleras que procesaban el crudo importado por Enarsa debían pagarle a la compañía estatal la diferencia entre el precio local y el internacional. Ese esquema no rige más.
"Es un beneficio que compensa parcialmente el no traslado al precio de los combustibles del incremento del costo en pesos de la materia prima", señalaron allegados al Ministerio de Energía y Minería. A pesar de eso, la importación masiva de petróleo -que hoy se consigue a menos de 40 dólares, un 40% más barato que el crudo Medanito de Neuquén, que se paga u$s 67,50- está descartada. La Aduana sólo autorizará el ingreso de cargas puntuales convenidas previamente con el Ejecutivo.
El nuevo paradigma hace eje en el intento de frenar la inflación: con el Brent -la cotización del crudo en el Mar del Norte que rige para buena parte de las transacciones internacionales- en torno a los 33 dólares, habilitar una importación por goteo de crudo es una alternativa para contener el reclamo de mayores precios de las petroleras. En enero el Gobierno había acordado con la industria una nueva actualización de precios en surtidores para marzo, pero con el dólar en una carrera alcista orillando los $15, los refinadores quieren adelantar esa fecha. Con esta medida se apunta a descomprimir esa atmósfera.