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El ex-presidente de Brasil manifestó en el interrogatorio realizado por la Policía Federal que esperará las disculpas de alguien por lo que le han hecho.
El ex-presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró indignado y sumamente furioso tras ser interrogado el pasado 4 de marzo por la Policía Federal de ese país, según el interrogatorio divulgado en forma íntegra por la policía.
"Creo que estoy participando en el caso más complicado de la historia legal de Brasil, porque tengo un apartamento que no es mío, han inventado toda una historia tratando de conectarme a Lava Jato”, destacó Lula.
Lula da Silva dijo estar muy furioso por “la falta de respeto y las actitudes cretinas que han tenido conmigo, han sobrepasado los límites”.
El ex-mandatario espera que cuando termine el proceso alguien se disculpe, “alguien diga: lo sentimos, por el amor de Dios, fue un error".Aseguró que será candidato presidencial en el 2018 ante tanta “insolencia” que han aplicado en su contra en el caso de corrupción de Petrobras.
Da Silva negó rotundamente las acusaciones que se le hacen, como la supuesta participación en empresas privadas, entre ellas, las grandes constructoras contratistas de Petrobras, inculpadas de defraudar al ente, para que supuestamente donaran dinero a su fundación (el Instituto Lula) o a sus campañas políticas.
Asimismo, la supuesta tenencia de un lujoso apartamento triplex localizado en Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, que fue reformado por la empresa OAS -implicada en el caso Petrobras- como presunta "retribución" por haber conseguido millonarios contratos con la petrolera nacional.
Lula negó que ese inmueble le pertenezca y calificó la acusación de “canallada homérica”
Rechazó, además, haber recibido dinero a modo de “favores” por parte de contratistas de Petrobras, camuflado a través de pagos por conferencias que él ha impartido desde que dejó el Gobierno.