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El FMI alerta
Pese a que los precios del crudo parecen haberse estabilizado y haber tocado fondo, el costo del barril se reduce alrededor de un 65% desde junio de 2014, el equivalente a 70 dólares, un hecho que el FMI pensaba que acabaría por suponer un impulso para el crecimiento mundial. Sin embargo, en un nuevo análisis, los funcionarios de la institución entonan el mea culpa y reconocen que esta situación todavía debe materializarse.
“Los beneficios globales aparecerán una vez que los precios se recuperen algo y las economías avanzadas progresen en su hazaña por sobrevivir a un contexto de tasas de interés bajas”, señalaron los autores de este documento entre los que se encuentra Maurice Obstfeld, economista jefe del Fondo, y sus colegas Gian Maria Milesi-Ferretti y Rabah Arezki.
Uno de los factores que diferencia el actual escenario de otros episodios sufridos en el pasado es que las tasas de interés nominales en las economías avanzadas se encuentran cerca o en el cero por ciento.
“La persistencia de los bajos precios del petróleo complica la conducta de la política monetaria”, aseguran desde Washington, donde advierten sobre los riesgos relacionados con las expectativas inflacionistas.
Cómo frenar esta situación
Además, Obstfeld y su equipo alertan que el actual contexto histórico de un crudo barato “puede potenciar una serie de dislocaciones que incluyen impagos soberanos y corporativos que podrían alimentar el nerviosismo de los mercados financieros”. En este sentido, el Fondo incide en la importancia de la demanda global y de reformas estructurales y financieras para frenar una retroalimentación negativa.
En sus próximas Perspectivas de Crecimiento Mundial, que se presentarán a mediados de abril, el FMI analizará los cambios sufridos por el crecimiento de la demanda interna en los países importadores y en los exportadores de petróleo. Según adelantan sus autores, el consumo interno de los países exportadores fue mucho más débil de lo esperado el año pasado, a medida que muchos de estos gobiernos han drenado sus reservas, fondos de inversión soberanos y recortado el gasto público. Un resultado que se ha dejado notar en la reducción de su superávit por cuenta corriente o el incremento de sus déficits.
En el sector privado, los vaivenes del crudo han hecho que las operaciones de exploración y extracción hayan perdido rentabilidad, obligando al recorte de inversiones de capital, que alcanzaron un valor de 215.000 millones de dólares entre 2014 y 2015.