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Un nuevo paso para desentrañar el misterio de la vida
El biólogo estadounidense Craig Venter (fotografía) y su equipo de Synthetic Genomics Inc. crearon en laboratorio el genoma viable más pequeño. La célula artificial JCVI-syn3.0, que se presenta en la revista Science, tiene el número mínimo de genes necesarios para vivir y reproducirse. Su genoma está compuesto por 531.000 pares de bases organizados en 473 genes, frente a los 3.200 millones de pares de bases y más de 20.000 genes de un ser humano. El mismo equipo ya creó en 2012 el primer organismo controlado por un genoma sintético.
Los investigadores aún no han sido capaces de determinar las funciones de 149 de los 473 genes. «Ahora sabemos que el 32% de los genes necesarios para la vida en el organismo más simple de todos tiene una función desconocida», ha dicho Venter. Un porcentaje que "resulta sorprendentemente alto" para Valda Vinson, de la revista ‘Science’. El avance debería, según los científicos, ayudar con el tiempo a comprender los genes que son responsables de las funciones básicas no sólo en los microbios, sino también en el ser humano.
"La mejor manera de comprender la vida es crear el genoma más simple", asegura Venter. Él y sus colaboradores hicieron el equivalente a alguien que no entendiera cómo vuela un Boeing 777 y retirara las piezas una a una hasta que el avión ya no puede volar. Han usado en su investigación una bacteria conocida por tener el genoma más pequeño. Durante el proceso, los investigadores trataron de identificar los genes denominados «casi esenciales», necesarios para asegurar un crecimiento robusto del organismo, pero que no son esenciales para la vida.
El trabajo ha revelado también que algunos genes clasificados como «no esenciales» realizan ciertas funciones esenciales y deben ser mantenidos en el genoma de por vida. Casi todos los genes necesarios para la lectura y expresión de la información genética, así como para la preservación de la información y su transmisión entre generaciones, también se conservan en este genoma.
"Este trabajo es un paso importante para la creación de una célula viva cuyo genoma esté totalmente definido", ha dicho Chris Voigt, biólogo del Instituto de Tecnología de Massachusetts.