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“Estoy complacido de informar que la República Argentina ha llegado a un acuerdo con otro gran bonista que se encontraba en default, Greylock Capital Management LLC, de la ciudad de Nueva York, por un total aproximado de u$s95 millones en bonos de un valor nominal original de aproximadamente u$s68 millones”, informó Pollack mediante un comunicado.
El mediador estableció que “el acuerdo se efectúa bajo los términos de la Propuesta del 5 de febrero de 2016, iniciada por la República Argentina y en concordancia con los términos del contrato maestro de conciliación y sus instrucciones relevantes”.
En base a este acuerdo, Pollack aclaró que “consecuentemente, a Greylock no se le pagará con bonos prescriptos bajo períodos de limitación relevante, pero resignará aquellos bonos, junto con los bonos sobre los cuales se le pagará”.
El convenio tomó estado público mientras el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y el secretario de Finanzas, Luis Caputo, se encuentran en Nueva York, con la idea de convocar a inversores para que traigan capitales a la Argentina.
El valor original de los bonos era de U$S 68 millones, según puntualizó el mediador designado por el juez neoyorkino Thomas Griesa, quien llevó adelante todas las demandas contra la Argentina. Pollack informó que algunos bonos no se pagarán por estar prescriptos, mientras que por el resto el Gobierno abonará el 150% del capital original.
Según trascendió, se trató de una demanda presentada hace apenas hace dos meses, por parte de este fondo dirigido por Hans Humes. Él había entrado al canje de deuda del 2010 con algunos bonos, pero hizo juicio con estos otros.
Pollack afirmó que "este acuerdo deja relativamente pocos reclamos sin resolver y es una fuerte demostración de la República de su continua voluntad para resolver las demandas de los bonistas con títulos en default".
El convenio firmado por Greylock y la Argentina implica la liquidación de bonos bajo las leyes de varias jurisdicciones: Nueva York, Alemania, Italia y Suiza. A fines de febrero, la Argentina logró cerrar el denominado "Juicio del Siglo" y acordó el pago de los bonos en default con una parte importante de los fondos buitre encabezados por el multimillonario Paul Singer.
Casi dos meses después, transfirió unos U$S 9.300 millones para cancelar los acuerdos, incluidos los acreedores italianos representados por Nicola Stock, y con fondos buitre, entre ellos, NML Capital, de Singer.