Erica Muñoz tiene su casa a 80 metros de una torre de Ysur-YPF. (Diego Von Sprecher).
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El martirio de convivir con una torre de perforación
Agencia Allen- Vecinos del barrio Costa Este de Allen pasan sus días a escasos metros de los equipos de la actividad hidrocarburífera. Aseguran que se levantan estresados.
En el barrio rural de Allen Costa Este la vida cambió para los vecinos desde que la industria hidrocarburífera rodeó al lugar con pozos de gas y petróleo. Antes era un rincón bastante olvidado de la ciudad en el que las mejoras llegaban a cuentagotas cuando se acercaban las elecciones.
Actualmente en Costa Este residen 84 familias que esperan que para el próximo invierno se cumpla la promesa de la obra de instalación de la red de gas. Recientemente el barrio saltó a la escena nacional cuando un programa de televisión mostró la situación en la que viven los vecinos, que están parados sobre una inmensa “torta de gas” pero que siguen pasando frío.
Erica Muñoz es una de las vecinas que tiene su casa a menos de 80 metros de la locación en la que un equipo de Ysur-YPF está en el pleno proceso de perforación. Desde su ventana la enorme torre de hierro contrasta con el resto del paisaje. “Es insoportable el ruido y ahora es peor. Los oídos ya no aguantan el zumbido y se ve con claridad cómo humean los motores. Las vibraciones y el olor también son insoportables”, contó Erica.
Esta semana un grupo de vecinos de Costa Este estuvieron en la planta de gas de Ysur-Ypf quejándose por la situación. La empresa, que opera el área EFO, atendió los reclamos y analiza una serie de medidas para mitigar los efectos pero en el barrio ya saben que nada cambiará si no se toma la decisión de que las torres petroleras no vuelvan a perforar cerca de las viviendas.
Erica aseguró que desde que desembarcó la actividad extractiva en las chacras contiguas al barrio todo cambió para peor. Aunque Ysur-YPF promovió algunas acciones de responsabilidad social empresaria para integrarse al barrio y “convivir”, muchos creen que cuando la industria deje de operar en ese sector serán ignorados. “No se puede descansar y te levantas peor de lo que te acostaste, con estrés. Ahora cuando terminen este pozo van ventear y con la humedad que hay en las chacras los gases no suben y terminamos respirándolos. Una noche tuve a los dos nenes con vómitos y me dijeron que era por la calefacción a leña. Pero toda la vida nos criamos calentándonos con leña y nunca nos había pasado que los chicos se descompusieran”, explicó.
“Tenemos que soportar el ruido, la contaminación y lo que venga más adelante. Acá nadie nos protege. Esto no es un asentamiento, es un barrio, mis padres y mis tíos se criaron acá”, agregó Erica.
“Sabemos que no vamos a poder sacar al petróleo de acá. Pero pedimos que dejen de perforar cada vez más cerca de las casas” (Erica, vecina del barrio ubicado en la zona de chacras de Allen).
Fuente: http://www.rionegro.com.ar/ Diego Von Sprecher.