Busi destacó la importancia del estudio y de la posibilidad de exponer los resultados en el Congreso de San Francisco.
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Profesionales de Trelew junto con la asistencia de un profesional australiano descubrieron que el asma puede detectarse en niños de tres a cinco años.
Los médicos comprobaron que la técnica de espirometría, estudio en el que se utiliza un dispositivo manual denominado “espirómetro” para medir la cantidad de aire que pueden retener los pulmones de una persona, con respuesta al Salbutamol (medicación broncodilatadora) se puede utilizar en niños de entre tres a cinco años para descartar enfermedades como el asma. Hasta el momento sólo se prescribía junto a otros estudios, pero para mayores de esa edad. Tras investigar el tema, los profesionales corroboraron la efectividad del método y detectar o descartar dicha enfermedad.
El neumonólogo infantil Luciano Busi, el jefe de Pediatría del Hospital Zonal Trelew Sebastián Restuccia y el australiano Peter Sly, fueron quienes participaron de esta investigación, en la que fueron evaluados unos 700 niños de la ciudad. El estudio de espirometría suele ser indicado para niños mayores de cinco años, pero los médicos comprobaron que, en la franja de edad menor a los preescolares, la técnica es efectiva y uno de los objetivos es que los pediatras y neumonólogos comiencen a prescribirla en niños que presenten síntomas de asma.
Estas conclusiones fueron expuestas en el último Congreso Mundial de Neumonología realizado en la ciudad estadounidense de San Francisco y serán publicadas en la revista Tórax de Inglaterra.
En diálogo con Jornada, el médico Luciano Busi explicó: “La espirometría con respuesta a Sabutamol en chicos de tres a cinco años se puede realizar con éxito. Con buena técnica. La respuesta, junto a otros elementos, permiten descartar chicos que no tendrían asma”.
Busi, quien hace poco llegó del Congreso de Estados Unidos en el que fue expositor, detalló en referencia a la investigación: “Hay muy pocos estudios a nivel mundial. Es el primer estudio en Latinoamérica. El primero en la Argentina”.
Además, el médico contó: “Tuvimos la colaboración del doctor Peter Sly que nos ayudó en la parte metodológica. Hubo solo dos posters aceptados de argentinos. Uno del hospital Garrahan y el nuestro. Lo que encontramos es que se puede utilizar la espirometría en forma exitosa en un 80 por ciento de los casos. En el grupo que estudiamos. Descartamos chicos que no tendrían asma en este grupo de edad”.
Con respecto a las técnicas de investigación que realizaron, Busi informó que se recurrió a pacientes del hospital y a niños evaluados en distintos trabajos de campo, de la población en general. En motivo de la contraposición fue determinar “lo normal” de lo “no normal”. Dentro de los pacientes con asma que no tenían hasta el momento diagnóstico, se sumaron además los que ya estaban en tratamiento en el hospital local.
A su vez, el médico aclaró que la “espirometría” no es el único elemento para el diagnóstico del asma sino que es un elemento más. Lo que buscó este trabajo de investigación fue determinar si “sirve” o no para el grupo etario de los tres a los cinco años. No obstante, el profesional admitió que no deja de ser complejo lograr que los pequeños se sometan a la técnica de la espirometría: “A esta edad es muy difícil. Se citaron pacientes hasta cuatro veces. Se llegó a un 80 por ciento de éxito. Requiere paciencia y forma de explicar cómo es el estudio”.
Por el mundo
Respecto a la trascendencia de este trabajo luego de la tarea que les llevó dos años y medio de pruebas y contrapruebas, Busi advirtió que su trabajo fue elegido junto a otro efectuado en el hospital Garrahan.
El médico ponderó al importancia de su participación en el Congreso de San Francisco, al que sólo dos representantes de Argentina llegaron: “Dentro de todos los trabajos, quedamos en el 20 por ciento. Se presentó en una parte del Congreso de los 20 mejores posters”.
Por último, Busi anticipó que se elevó al Ministerio de Educación una propuesta para que en las escuelas se incluya una encuesta entre chicos de primer grado. “Es corta. Sirve como para detección precoz. En la población general llevaría mucho tiempo. El objetivo es aplicarla en el grupo que tenga síntomas”.