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Es lo primero que hay que decir. En el momento actual de evolución de la empresa consideramos que las propuestas recibidas representan una oportunidad única para obtener fondos, sobre todo para la inversión, el crecimiento y la creación de tecnología. Una oportunidad única para todos lo es para la compañía y también queremos que sea compartida por todos, por los trabajadores y por el entorno social en el que trabajamos.
-¿Qué cambios se producirían en caso de que se lleve a cabo la venta de los activos?
-Lo primero que hay que decir es que no hay ningún riesgo para ninguna de las instalaciones industriales de Ferroatlántica, ni para la fábrica de ferroaleaciones ni para las centrales hidráulicas. Por tanto no es cierto que estén en riesgo ni los centros de trabajo ni los puestos. Es más, ya hemos dicho que existen posibilidades incluso de que se pudiese crear aquí el centro de operaciones de una empresa para toda la Península. Por tanto, gana relevancia en la parte de la actividad hidroeléctrica. Y por parte de las fábricas de ferroaleaciones creemos que esta es una oportunidad única que debemos aprovechar para desarrollar un plan industrial que supondría nuevas inversiones, nueva actividad, nueva tecnología y creación de puestos de trabajo.
-¿En qué consiste el plan industrial?
-Lo estamos estudiando y hay muchas posibilidades. Algunas que estamos contemplando ahora mismo tienen que ver con el desarrollo de la producción de carbón vegetal aprovechando la industria forestal de la zona. Otra posibilidad en estudio es el proceso de sintetización del mineral de manganeso en la fábrica de Cee y, desde luego, estamos hablando de la inversión que ya anunciamos hace un tiempo de una fábrica de silicio solar en Sabón, en Arteixo.-Pero históricamente las centrales estuvieron vinculadas a la producción industrial.
¿Qué argumentos hay para que se rompa esa tradición y se produzca la segregación?
-Hoy, desde todos los puntos de vista, desde el punto de vista de la regulación del sector eléctrico, desde el industrial y desde el económico, no existe vinculación alguna entre la actividad hidroeléctrica y la industrial. Desde el punto de vista de la regulación eléctrica es importante, además, saber que desde los últimos reales decretos de autoconsumo la separación de las actividades de producción y consumo no solo es una tendencia, sino también una obligación. El incumplimiento de esa obligación sí pondría en riesgo el futuro de las fábricas de Cee y Dumbría, al poder perder sus derechos a la interrumpibilidad.
Por tanto, hoy la no vinculación es una exigencia regulatoria y la vinculación entre la actividad eléctrica y el consumo sería un riesgo para las fábricas. Desde el punto de vista regulatorio y desde el punto de vista industrial, el hecho es que hoy las fábricas de ferroaleaciones se alimentan de la red eléctrica y las centrales hidráulicas vierten su energía en la red eléctrica de forma independiente.
Y, por último, desde el punto de vista económico, actualmente las centrales hidroeléctricas representan el 5 % de las facturaciones de Ferroatlántica frente al 95 % de las factorías. Es evidente que la conexión económica y la capacidad de que la actividad eléctrica apoye o sostenga la actividad de las ferroaleaciones hoy no es una realidad.
-En sus proyectos industriales hablan de producir carbón vegetal.
¿En qué consiste?
-En nuestras fábricas utilizamos carbón mineral como reductor en el proceso químico que se produce en nuestros hornos. En algunas de las fábricas que tenemos por el mundo, en concreto en la de Sudáfrica, ya llevamos mucho tiempo sustituyendo el carbón mineral por el vegetal. Las ventajas del carbón vegetal son de varios tipos, pero posiblemente de coste. Depende mucho del mercado de la madera en cada localización, pero los que sí son claros son los beneficios medioambientales y también de calidad. Por lo tanto, el desarrollo del carbón vegetal, en cualquiera de los territorios en los que estamos, es, además de una posibilidad industrial, una opción estratégica importante.
«Nosotros queremos invertir, queremos desarrollo y nuevas actividades»
Larrea abre la puerta a realizar nuevas inversiones.
-¿Hay posibilidades de instalar algún tipo de factoría en la zona de la Costa da Morte? -Eso es lo que queremos estudiar, lo que queremos proponer. Y ahí estamos hablando de fábricas que pueden suponer inversiones significativas. Todavía lo estamos evaluando, y el consumo de madera local, que puede ser de decenas de miles de toneladas.
-¿Cuáles son las perspectivas reales para las fábricas de Cee, Dumbría y Sabón a medio plazo?
-Todas ellas son hoy fábricas que, gracias al desarrollo tecnológico y a la mejora de las instalaciones en los últimos 25 años, han pasado de ser plantas que estaban, efectivamente, en situación de pérdidas a ser hoy factorías que son competitivas a nivel mundial. Con todo el respeto para todas las demás del grupo Ferroatlántica, realmente es cierto que aquí en España tenemos las fábricas más competitivas del sector a nivel mundial y, por tanto, con una perspectiva futura muy halagüeña como líderes mundiales en nuestro sector.
-¿Tienen previsto llevar a cabo cambios en el aspecto laboral? -Bueno, sí. Como estaba diciendo, espero que haya cambios. Lo que queremos es invertir. Lo que queremos es desarrollo y nuevas actividades industriales. La primera, como digo, ya la anunciamos, la próxima fábrica de Sabón. Eso va a crear 90 empleos directos más 150 indirectos.
-¿Está previsto un convenio o acuerdo con ayuntamientos del entorno de sus factorías con respecto a estas iniciativas? -Llevo una semana hablando con los comités de empresa de las fábricas. Hoy he estado reunido con los alcaldes de la zona. Yo estoy abierto al diálogo. Y esto es lo que he transmitido. De lo que se trata es de ver que una oportunidad única e irrepetible para la empresa se convierta en una oportunidad para todos.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es