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A pocos meses de la derogación del impuesto inmobiliario minero, lo que recibe Santa Cruz en concepto de regalías es ínfimo en relación a la producción. Aún no hay voz oficial respecto al impacto que generará esta situación para la Provincia de Santa Cruz, en principio desde el sector se argumenta un alivio tributario y que podría traducirse en la posibilidad de generar mayores inversiones y la generación de más puestos de trabajo. En Santa Cruz ya se analiza la posibilidad de empezar a discutir nuevamente la posibilidad que las empresas efectivicen la inversión pero además contribuyan al desarrollo de las localidades.
El polémico impuesto inmobiliario minero que fuera derogado el año pasado, ante una fuerte presión empresarial, fue anunciado en 2013, luego de que meses antes, la Cámara de Diputados aprobara por ingeniería de Ariel Ivovich, la Ley de Fortalecimiento Financiero Provincial, que tenía por finalidad dotar al Ejecutivo de una herramienta más para la obtención de recursos para afrontar el déficit.
La firmeza con la que la provincia reclamó públicamente a las mineras que pagasen el tributo, no logró buenos resultados sino amenazas de desinversión. No obstante esto, el hecho de esta flexibilización impositiva anunciada por Macri, podría traer aparejado una discusión que busque mayores beneficios económicos para Santa Cruz, sobre todo considerando los bajos porcentajes recibidos por regalías, que van del 1% al 3 % del valor del metal en boca de pozo, y que está regulado por el código minero Nacional.