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Disney dijo que sí
Guillermo Pino y Claudio Pousada recibían la gran noticia. Disney, una de las empresas de animación y entretenimiento más importante del mundo y pantalla de infinidad de cartoons, llevaría la creación de estos dos emprendedores argentinos ante su audiencia.
Esa creación es Plim Plim, su dibujo animado más conocido y estrella entre niños y niñas desde que están en la cuna hasta los seis años.
“Trabajé siempre en canales de televisión y sentía la necesidad de hacer productos propios”, cuenta Guillermo Pino, CEO de Smilehood, el estudio de animación detrás de Plim Plim. Con Pousada ya alejado de la compañía, Pino recuerda el nacimiento de su famoso personaje.
La historia de Plim Plim comenzó en 2006, cuando los emprendedores, junto a su equipo de investigación, empezaron a relevar más de 600 dibujos animados ya existentes para conocerlos a fondo. “Fuimos analizando por qué nos gustaban más, la estética, la música y el desarrollo argumental. Con eso sacamos las primeras conclusiones que nos permitieron dar a luz a Plim Plim”, recuerda el emprendedor, cuya empresa facturó, en 2015, $ 22 millones.
También analizaron la competencia, hicieron focus group y charlaron con los principales interesados: padres, maestros, educadores y, obviamente, niños y niñas.
Así nació Plim Plim, un dibujo animado con una característica particular: los buenos valores. “Los capítulos duran 7 minutos y en cada uno se transmiten valores o hábitos positivos; la idea es que los chicos vean Plim Plim y les deje algo”, aclara Pino.
El recorrido
Disney Junior fue el primer canal que transmitió Plim Plim. Paralelamente, en YouTube, alcanzó las 140 mil reproducciones diarias. El siguiente canal interesado fue Canal 13 y, ahora, se sumó Discovery Familia, en los Estados Unidos. Pero no terminó allí el recorrido de Plim Plim. Traducido a siete idiomas, se sumó a la grilla de Netflix y así llega a 44 países. De la Argentina al mundo.
La clave de todo esto es la dedicación. Pino asegura que lograron imponerse en un mercado altamente competitivo, como es la animación, gracias a la “dedicación y nuestro trabajo. Lo hacemos con amor y así obtuvimos un buen producto”.
Sin embargo, no todos son finales felices ni cuentos de hadas y princesas. Conseguir $ 3 millones –la inversión que requirió el proyecto para comenzar- no es tarea sencilla. “La dificultad que encontramos es la falta de financiamiento para estas actividades en la Argentina”, recuerda Pino. La solución fueron los aportes de capitales privados que los ayudó a lograr los primeros pasos. En 2013, ese arduo camino fue coronado con el Martín Fierro de Cable a Mejor Programa Infantil.
El negocio
46 licencias entregadas, 300 mil seguidores en Facebook y Plim Plim visto hasta en Asia son algunos de los hitos de un producto 100 por ciento made in Argentina y, también, multiplataforma. Plim Plim tiene presencia en todos los soportes que hay en el mercado. Desde la tablet hasta el Smart TV, pasando por el merchandising, el payasito se abrió paso y logró imponerse.
“El mercado es muy competitivo y duro pero el producto se abrió las puertas por su buena calidad. Acá la canción del payaso Plim Plim es muy conocida, pero en otros países no. De todas formas, cuando ven el concepto y el hecho de que se transmiten hábitos positivos, se quedan con eso”, sintetiza Pino quien, junto a su socio, son los reyes de la animación argentina.