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El abogado y ex militar Silvio Guillermo Martinero declaró esta mañana por haber matado a un peatón en un confuso episodio en el microcentro porteño y continuará detenido por disposición del juez de instrucción Luis Zelaya, quien lo investiga por homicidio simple por dolo eventual. La indagatoria tuvo varias inconsistencias.
Martinero declaró que ayer transitaba por el microcentro hacia su oficina cuando dos motochorros lo abordaron a cara descubierta y le robaron una mochila con 60 mil dólares, una computadora portátil y varios papeles personales. Primera duda: los ladrones tenían casco.
El abogado contó que el delincuente que se bajó de la moto y se llevó su mochila tenía un arma, pero que no la pudo identificar. Segunda duda: Martinero es un ex militar que conoce de armas y brindó muchos detalles del episodio en general.
En ese sentido, advirtió que es un experto tirador, entrenado por el Ejército, en el que trabajó como personal profesional hasta hace tres años. Tercera duda: la experiencia le tendría que haber llevado a no disparar a un blanco en movimiento en una escena plagada de personas caminando, en la que finalmente efectuó cinco disparos y en ninguno les dio a los motochorros.
El acusado también aseguró que inmediatamente después de que le sustrajeron la mochila, de manera intuitiva sacó una Glock .40 de su cintura –cuyos permisos de portación y tenencias tenía vencidos– y empezó a disparar, cuando los delincuentes estaban a 10 metros. Cuarta duda: las imágenes demostraron que la moto estaba a entre 30 y 40 metros, con los ladrones ya en fuga.
Frente a tantas inconsistencias le pidieron hacer un plano del ataque a mano alzada. Quinta duda: lo tuvieron que frenar en el medio para aclararle que lo que estaba haciendo no se correspondía con las cámaras de seguridad y la información aportada por siete testigos.
En la indagatoria, el acusado no tiene la obligación de decir la verdad. Pero en este caso, las filmaciones conspiran contra el relato que busca construir Martinero y que apunta a llevar la causa hacia un exceso de la legítima defensa o, a lo sumo, un homicidio culposo, lo que mermaría considerablemente su pena. El juez pidió todas las cintas de las cámaras que haya en la zona. Además, hay siete testigos que ya aportaron su testimonio y otros dos que lo harán esta semana.
La víctima es Daniel Fernando De Negris Rodao, de 55 años, quien trabajaba en un local comercial situado a pocos metros de la intersección de las calles San Martín y Tucumán, donde ocurrieron los hechos. La autopsia arrojó que recibió el impacto mortal en el omóplato izquierdo y en las próximas horas su cuerpo será entregado a su familia.