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"Tumarín debería licitarse"
La salida del país de Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), encargada de desarrollar el proyecto Tumarín, podría restablecer el proceso de licitaciones en el mercado energético para llenar el vacío que dejaría la obra inconclusa ante la creciente demanda, aseguró el economista y expresidente del Banco Central, Mario Arana.
“El país está en condiciones de lanzar un proceso de licitaciones abiertas para suplir la demanda en los próximos años, si Tumarín se va”, dijo Arana.
El proyecto hidroeléctrico, anunciado desde el 2009, recibió una licencia de generación sin pasar por un proceso de licitación, lo que fue criticado, pues es una obra costosa e iba a encarecer la tarifa energética.
El ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas Molina, explica que si dicho proyecto hubiera pasado por un proceso de licitaciones, no sería una hidroeléctrica a filo de agua, sino por embalse, que sería más económico al país, con un costo inferior a los 1,100 millones de dólares que valoró CHN.
Bárcenas indica que antes de entrar al proceso de licitaciones debe hacerse un plan de expansión técnico que busque cómo abaratar la tarifa y luego entrar al proceso de licitaciones, donde se puede incorporar generación a base de carbón y gas.
US$208 millones en el aire
Junto al proyecto hidroeléctrico Tumarín, también están en el “limbo” 208 millones de dólares establecidos en dos préstamos que el Estado de Nicaragua suscribió para supuestamente desarrollar la obra.
El primer préstamo fue suscrito en julio del 2014 con el Banco de Exportación e Importación de Corea (Eximbank), por 48 millones de dólares, con el objetivo de financiar la construcción de líneas de transmisión que conectarían a la Empresa Nicaragüense de Transmisión Eléctrica (Enatrel) con Tumarín.
La idea era que la hidroeléctrica se conectaría al Sistema de Interconectado Nacional (SIN) por medio de dos potentes líneas de transmisión de 230 kilovatios que se enlazarían por medio de subestaciones eléctricas que iban a estar ubicadas en San Benito, Terrabona, Boaco y Mulukukú.
El segundo préstamo fue suscrito en diciembre del 2015 y enviado a la Asamblea Nacional apenas en febrero pasado, por un monto de 160 millones de dólares.
El Banco Europeo de Inversiones otorgó el préstamo, con el fin de financiar la construcción de las líneas de transmisión energética para conectar lo que sería la fase II de Tumarín.
Estos fondos también servirían para ampliar la capacidad operativa del Centro Nacional de Despacho de Carga (CNDC) para absorber la entrada en operaciones de la hidroeléctrica.
No hay licitaciones
El ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas Molina, explica que las contrataciones directas en el mercado energético surgieron en 2008, cuando el país enfrentó racionamientos de energía, sumado al incremento del precio del petróleo.
Lo anterior —según Bárcenas— provocó una alarmante insolvencia financiera del sector, que trajo como consecuencia que las licitaciones convocadas se declararan desiertas y se aprobaran solamente contrataciones directas.