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El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, justificó ayer el duro ajuste en Aerolíneas Argentinas que anunció el día anterior la presidenta de la empresa, Isela Constantini, con el argumento de que el Gobierno “no está para subsidiar los traslados en avión del segmento más rico de la población”.
Constantini había comunicado al personal de la compañía a través de una carta la decisión del Poder Ejecutivo de recortar los subsidios. Allí reconoció, como si no fuera parte del gobierno, que tiene “algo de incertidumbre” por el futuro de la línea de bandera, y que la disminución en las transferencias del Estado le plantea “un nuevo desafío”.
“Nos coloca en una situación aún más compleja desde la gestión financiera”, aseguró, sin dar precisiones sobre cómo se implementará el achicamiento de gastos, cuál es el monto involucrado y si eso afectará empleos y rutas.
Dietrich tampoco aclaró la cuestión en sus declaraciones de ayer. Solo dijo que “hay un plan de reducción del déficit de Aerolíneas para hacer sustentable la empresa”. Constantini, sin embargo, dejó entrever su sorpresa por la decisión oficial, en la que intervino el coordinador del Gabinete, Mario Quintana. “Este mes el Gobierno nos comunicó que nos reducen nuevamente de forma significativa el nivel de subsidios para este año.
Este recorte aplica a todas las empresas y organismos del Estado. Y nos plantea un nuevo desafío. Si bien venimos haciendo esfuerzos por poner la contabilidad al día, reducir costos e identificar oportunidades de negocios, la alineación de procesos está llevando tiempo y necesitamos movernos con más rapidez”. Es decir, el programa de ajuste que estaba implementando Constantini fue considerado insuficiente por sus jefes, que solo le comunicaron que tendrá menos recursos y deberá reformular sus metas, sin que eso estuviera previsto de antemano.
Sostuvo que “el Estado no está para subsidiar el traslado del segmento más rico de la población”, sin considerar la conectividad nacional como un servicio público esencial.