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Según explicó un comunicado de la petrolera, los números de la compañía se vieron afectados "por el fuerte impacto de la devaluación cercana al 67 por ciento", estimada en términos anuales, y una caída en los precios de venta de combustibles del 25 por ciento en naftas y un 26 por ciento en gasoil, "lo que se reflejó negativamente en los ingresos de la compañía medidos en dólares".
Las inversiones crecieron en un 19,4 por ciento en pesos, pero reflejaron una brusca caída en dólares respecto del mismo período del año pasado. La producción, en términos físicos, tuvo una leve recuperación en este período, que alcanzó al 1,1 por ciento en gas y 0,8 por ciento en petróleo.
Ya antes del reemplazo de Miguel Galuccio al frente de la petrolera, que se hizo efectivo a fin de abril, la compañía había anticipado un fuerte ajuste para este año que se verá reflejado en un significativo recorte en las inversiones y una reducción de la planta de personal del orden de 2000 a 2500 personas, mediante jubilaciones, retiros voluntarios y, si fuera necesario, despidos, según se anticipó desde la propia compañía.
El segmento del downstream (refinación y comercialización) tuvo que enfrentar un escenario complejo por la combinación de costos crecientes que no pudieron ser compensados por los precios de sus productos, señala el informe de la compañía a las bolsas. Como el cuadro de resultados se expone dividido en las cifras del Upstream por un lado (Producción y exploración) y el Downstream por otro, las consecuencias del aumento del valor del petróleo en pesos se reflejó en utilidades operativas en el Upstream y mayores pérdidas en el Downstream, por el impacto del cambio del precio de transferencia entre ambos segmentos de la compañía. Así, el Downstream exhibe una pérdida operativa en el primer trimestre de este año de 794 millones de pesos, que frente al resultado positivo del año pasado representa un descenso del 153,1 por ciento. Las ventas netas de productos refinados resultaron, en monto, 28,4 por ciento superiores a las de un año atrás, pero sólo por efecto del aumento de precios. Medidas en volumen (metros cúbicos), las ventas de productos refinados al mercado interno resultaron 1,7 por ciento inferiores este año.
El "plan de readecuación" consensuado entre la conducción saliente (Galuccio) y la entrante (Miguel Gutiérrez) contempla una reducción en las actividades de inversión y de operaciones de perforación para adaptarse a un nivel de precios internacionales todavía muy inferior al vigente dos años atrás, pese a la recuperación en lo que va de este año. Ello supondría un recorte en la planta de personal de 2000 a 2500 trabajadores, alrededor del 10 por ciento de los 22 mil que hoy ocupa la petrolera. El programa de readecuación contempla una reducción del plan de inversiones de YPF para este año en 1500 millones de dólares, al pasar de los 6000 millones originalmente previstos a 4500 millones de dólares.
Hasta el año pasado, la política de YPF, en concordancia con la implementada a nivel nacional, preservaba el objetivo de aumentar la producción y alcanzar al autoabastecimiento, mediante la desconexión del precio internacional para no desalentar la exploración en momentos de baja. El cambio de política petrolera y económica en general, y el abandono de los incentivos a YPF, empujaron a una reorientación de los objetivos que desató situaciones de conflicto en todas las áreas productoras, fundamentalmente en la cuenca de Neuquén y en la cuenca del Golfo San Jorge (Santa Cruz y Chubut). Raúl Dellatorre