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La mujer que vio nacer la refinería
Por Andrea Vazquez- cutralco@rionegro.com.ar- Ana María Castillo transitó toda su vida laboral en el complejo Industrial de YPF en Plaza Huincul. Fue el primer trabajo al que accedió y el único que tuvo. Ahora, ya está en condiciones de jubilarse pero para esta mujer el tiempo “pasó demasiado rápido”. Aunque aclara que “tampoco fue una carga”. Es la supervisora del laboratorio de la planta de metanol y pasa sus horas controlando la calidad del producto que finalmente sale del complejo al mercado.
La historia de la refinería de YPF en Huincul, que cumplió en octubre pasado 40 años, bien puede reflejarse a través de las viviencias de Ana, que en marzo de 1976, cuando el país se sumía en la oscura noche de la dictadura militar, empezó a trabajar. Su flamante título de técnica química obtenida en una escuela de Cinco Saltos le abrió la puerta para el ingreso. Aunque en el momento de la revisación médica “todo había quedado en suspenso por el momento que se vivía”.
Finalmente logró su incorporación y a partir de entones no paró nunca de trabajar. Estuvo en todo el proceso de la puesta en marcha de la destilería que este año cumple las cuatro décadas.
¿Cómo llegó aquí?. Lo responde rápidamente: “Las ansias de trabajar en lo que me gustaba y además de hacerlo en la empresa YPF. No tenía demasiada conciencia de que había una planta que se estaba por poner en marcha en ese momento, pero llegué y tuve esa oportunidad”, recuerda hoy.
Eso implicó grandes cambios en su vida, porque debió radicarse aquí. En los primeros años vivió en una gamela que era para enfermeras y luego inauguraron una para técnicos. Hasta que finalmente llegó a tener su casa.
Acostumbrada a manejarse en un “mundo de hombres”, Ana sostiene que nunca le hicieron sentir sus compañeros que no podía hacer la tarea por ser mujer. “Al principio éramos muy pocas mujeres; ahora, si lo comparamos, somos una multitud. Pero durante muchos años en toda la refinería había dos o tres compañeras más y después, durante muchos años estuve sola”.
De todos modos aclara que siempre se sintio cómoda. “Me dieron la misma tarea y tuve la suerte de trabajar con buena gente porque no me lo hicieron notar”, refiere.
En la actualidad, se desempeña como supervisora de Laboratorio. “Tenemos dos plantas para controlar todo el proceso. Soy específicamente supervisora de los análisis de la planta de metanol. Se controlan todas las corrientes que van a los tanques de producción, a los tanques intermedios y a los finales que sale a la venta, donde cargan los camiones. Se analiza todo”, indica. El metanol tiene que salir con parámetros de especificación que están prefijados por un servicio técnico. Los controles se hacen cada 4 horas durante las 24 horas.
Sin dudas, el momento más difícil que recuerda le tocó atravesar, fue el del ingreso en plena dictadura militar. Los cambios que vinieron por la privatización de la compañía le exigieron adaptación, pero no le resultaron traumáticos.
“No te podés quedar en el tiempo. Realmente es una forma de trabajo y hay que ir actualizándose y nada es definitivo o para siempre”, concluye.
En números
“Llegó muy rápido el tiempo. Cuesta dejar, pero ahora, de a poco, lo voy aceptando. Esto significa que no ha sido una carga”.
Ana María Castillo, por momentos la única mujer en la destilería.
Fuente: http://www.rionegro.com.ar