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A partir de la semana que viene, el colegio enviartá material de estudio y víveres del comedor a los alumnos, pero ya no podrá recibirlos.
Creada en 2005, la institución pasó sus primeros diez años ayudando a cientos de adolescentes a terminar sus estudios y a conseguir trabajo, en especial a los jóvenes del extremo oeste de la ciudad.
Si bien la escuela Nuestra Señora de la Guardia es privada, recibe ayuda estatal debido a su fundamental rol social en la zona. Es un secundario de jornada extendida que le da de comer a 280 chicos y ofrece además talleres de formación laboral. De hecho, cada chico que se recibe lo hace con un primer trabajo asegurado. La escuela afronta desde hace tiempo algunos problemas edilicios, como la filtración de agua en la red de gas durante una tormenta en 2014, que los dejó sin calefacción. Ahora la obra está casi lista, pero tampoco podrán encender los calefactores. Las últimas facturas de gas que llegaron con sus valores triplicados, son impagables para la institución.
Según declaró la directora del colegio, Natalia Velázquez, la situación es insostenible porque tanto alumnos como docentes pasan cada vez más frío. "Nos dicen que falta poco para la obra de gas, y quizás esta vez sea cierto, pero no podemos más", dijo.
Además, reconoció que los tarifazos afectaron el funcionamiento de la escuela. El servicio de luz prepaga con el que cuentan "aumentó muchísimo: con los mil pesos que antes nos duraban ocho días, ahora no llegamos a tres", indicó. Y agregó que, con las últimas lluvias, la escuela quedó rodeada de lagunas que los alumnos deben cruzar a pie "y llegan a estudiar mojados hasta las rodillas", para luego pasar nueve horas en aulas heladas.
Por el momento pensaron cerrar el establecimiento pero no dejar de atender a los cientos de chicos, que recibirán en sus casas los alimentos y el material de estudio. "Nos organizamos porque la idea no es suspender las clases, pero igual es un drama", indicó Velázquez.




















