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En 1989, un equipo de oceanógrafos captaron un canto de ballena que no se correspondía con ninguna especie conocida. El sonido provenía de un solo individuo y comenzó a repetirse anualmente. Los científicos la conocen como Ballena 52, o la ballena solitaria porque, aparentemente, solo existe un ejemplar.
El nombre de Ballena 52 proviene precisamente de la frecuencia a la que canta (52 hertzios) y es su principal misterio. Las ballenas azules cantan a una frecuencia justo en el límite del oído humano; entre 10 y 39 hertzios. Otras especies, como el rorcual común (el segundo cetáceo más grande) emite sus llamadas a una frecuencia de alrededor de los 20 hertzios. El sonido de la ballena 52 es algo más bajo que el de una tuba, y queda completamente fuera de las capacidades vocales de otras especies de cetáceos. Además, su llamada consta de tonos más cortos y frecuentes que los de otras ballenas.
Cada año, desde 2004, los micrófonos submarinos de la marina estadounidense han captado el canto extrañamente agudo de la ballena 52 a medida que se desplazaba por el Océano Pacífico en la época de apareamiento, pero el animal nunca ha sido visto. El canto de las ballenas viaja enormes distancias y es muy complicado triangular su posición exacta. Aparentemente, el canto de la ballena 52 pertenece a un único individuo. Ninguna otra ballena contesta su llamada.
En 2004 el New York Times se hizo eco de la extraña historia del cetáceo único en su especie, y la ballena solitaria se convirtió en todo un fenómeno de masas. Las ballenas son animales sociales, y el público pronto se enamoró de la devastadora historia de la ballena que vaga por el océano sin encontrar a ningún semejante.
Después de 12 años de grabaciones, está claro que la ballena 52 es un ejemplar único.
El oceanógrafo Christopher Willes Clark, de la Universidad Cornell comienza descartando que el animal esté solo debido a su peculiar voz. La frecuencia de 52 hertzios es perfectamente audible para varias especies de cetáceos y la llamada de la ballena solitaria, aunque es muy inusual, encaja perfectamente con los patrones de comportamiento de una ballena azul.
De hecho, es posible que los sonidos no pertenezcan a un único animal, sino a un grupo de ellos con el mismo dialecto. La distancia entre dos micrófonos que captaron el peculiar canto en 2010 avala esta idea.
Una explicación científica
Para complicar las cosas, la ballena 52 está bajando su registro vocal con el paso de los años. En sus últimas grabaciones, su canto se emite en una frecuencia de 47 hertzios. No es la única. John Hildebrand, del Instituto Oceanográfico Scripps, en California, explica que todas las especies de ballena han bajado su “tono de voz” en los últimos años. Según un estudio publicado en 2009, esta variación podría ser una respuesta de los cetáceos al ruido provocado por los motores de los barcos.
A día de hoy, hay varias hipótesis que explican por qué el canto de 52 es diferente. La teoría más aceptada es que el animal es un híbrido de dos especies, concretamente un mestizo entre ballena azul y rorcual común. Este tipo de cruces están bien documentados y, en este caso, el mestizaje podría haberse traducido en un aparato vocal anatómicamente diferente que explicaría el canto. Incluso existe la hipótesis de que 52 tenga algún problema de audición y por ello no logre ajustar su voz a la del resto de su especie
En 2015, el realizador estadounidense Josh Zeman y el actor Adrian Grenier montaron una campaña de Kickstarter con el objetivo de encontrar a 52, grabar un documental y concienciar sobre la contaminación sonora en el mar. La campaña fue todo un éxito, y la expedición partió a finales de diciembre en busca de la elusiva ballena de voz aguda. Según su página en Kickstarter, el documental está en marcha, pero aún no han explicado si lograron encontrar a la ballena 52 o no. El proyecto tiene previsto ver la luz en estos meses. Quizá sirva finalmente para despejar el misterio en torno al origen de uno de los sonidos más extraños del océano.