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El petróleo importado, fuera del menú
No habrá prohibiciones, pero sí herramientas para estimular el consumo local.
Una compleja situación de mercado amenaza con convertirse en una bola de nieve: la sobreoferta de petróleo. Las empresas están preocupadas porque por primera vez en mucho tiempo no logran colocar la totalidad del crudo Medanito que extraen de la Cuenca Neuquina. Se debe a un cóctel de razones que van desde la economía lisa y llana al clima.
Tal como publicó este medio un mes atrás, la situación tiene en alerta a los técnicos del Ministerio de Energía de Nación, que como primer paliativo analizan restringir las importaciones de crudo. Según comentaron a "Río Negro Energía" desde la cartera, idearán una norma que sea lo menos intervencionista posible dentro del mercado, con la idea de no romper el clima de desregulación que plantea el ministro Juan José Aranguren.
En este sentido, no se prohibirá el ingreso, sino que se buscará priorizar la comercialización del crudo interno.
No existe en Argentina marco que prohíba la compra al exterior. Para evitar esta situación (que naturalmente nunca se dio en la última década porque los precios locales siempre eran más bajos que los internacionales), la única herramienta a mano son los permisos de Aduana, un elemento que el kirchnerismo usó de modo discrecional y que el gobierno de Mauricio Macri aspira a dejar de usar.
Luego del acuerdo de principio de año entre el gobierno y las operadoras para establecer el nuevo barril criollo de 67,5 dólares, surgió un efecto esperable: fue imposible para los refinadores trasladar a precio ese costo, sobre todo luego de la abrupta devaluación tras la salida del cepo cambiario.
Por eso, las refinadoras optaron por traer dos barcos de petróleo Medanito para bajar el costo de su principal insumo. Optaron por el Bonny Light, un tipo de crudo liviano que proviene de Nigeria que vale unos pocos dólares menos que el Brent.
Sin embargo, el petróleo extranjero se comió parte del cupo de la producción local y las operadoras empezaron a ver que se caían contratos. Algunas de ellas empezaron a almacenar ese crudo, aunque la capacidad de stock de Argentina es limitada.
Consumo abajo
El trasfondo de este complejo cuadro es la fuerte caída en la demanda de combustibles a nivel doméstico. Por una lado, la pérdida de poder adquisitivo sumada al fuerte aumento en las naftas frenó la demanda de los hogares. Por el otro, el agro no demanda el gasoil esperado en los meses de temporada, afectado por la gran inundación en la zona del Litoral.
El problema central está en el escaso margen de maniobra de las operadoras. Al no existir gran capacidad de stock y estar vedado por una cuestión de precio el mercado internacional, la única solución si este cuadro se sostiene es cerrar el grifo de producción, algo que afectaría de forma marcada a la actividad.
Para evitar ese escenario, habrá reuniones en los próximos días en la sede del Ministerio de Energía de la Nación. (RN)