|
Espuma con credencial internacional
Una empresa de Quilmes consiguió certificar su producto en Estados Unidos e instaló en el mercado un insumo que antes se importaba. Gracias a esa evaluación obtuvo un contrato con YPF. Se utiliza para sofocar incendios en lugares de almacenamiento.
Mientras siguen esperando señales concretas sobre la política energética y el papel que jugará YPF, la principal operadora del país, las pymes argentinas siguen apostando por el crecimiento de la tecnología nacional y desarrollan exitosos procesos de sustitución de importaciones, ayudando a bajar costos en momentos complicados para todo del sector hidrocarburífero.
Uno de los tantos casos es el de Química Sigma, que logró producir un espumígeno de alta calidad certificado en los Estados Unidos y que antes se tenía que importar. Los espumígenos son usados para la extinción de incendios en lugares de almacenamiento de grandes cantidades de combustible.
En las refinerías sólo se pueden usar espumígenos homologados por Underwriters Laboratories (UL), un instituto con sede en Northbrook, Illinois. La medida en gran parte está determinada por una exigencia de las compañías aseguradoras. En consecuencia, este producto esencial para la seguridad se importaba en su totalidad desde Estados Unidos.
"Hace tres años, YPF envió una muestra nuestra a UL que se analizó junto con otra de una marca de primer nivel mundial, y el resultado fue que aprobamos con valores considerados de excelencia", comenta José Capeans, socio gerente de Química Sigma.
La empresa, ubicada en el Parque Industrial Tecnológico Quilmes, tiene 15 empleados y hace más de 20 años que se dedica a la producción de espumas químicas.
A partir de ese momento Sigma consiguió un contrato de YPF por tres años para la provisión de espumígenos, que utiliza en sus refinerías de Ensenada, Plaza Huincul y Luján de Cuyo.
"El producto lo teníamos, pero requería del ajuste final para que tuviera la misma performance que el importado", explicó Capeans. Eso requirió, además de las pruebas de laboratorio, hacer cerca de 150 fuegos para probarlo. "Tenemos un predio especial para hacer estos ensayos, que es la única manera de comprobar su efectividad", aseguró.
"Para las empresas del sector petrolero es muy importante tener contratos a mediano plazo, porque es muy difícil invertir sin un horizonte de negocios. Es diferente a la situación de una multinacional, ya que si no vende productos en un mercado los coloca en otro. O en todo caso baja los precios, porque tienen estructura para trabajar al costo", señaló.
Exportación
El contrato con YPF le abrió a Sigma las puertas de la exportación. "Vendemos a Paraguay, Uruguay y Bolivia, pero la intención es llegar al Pacífico, porque Perú, Colombia y Ecuador tienen una industria petrolera importante y trabajan con la norma UL", comentó Capeans y resaltó que además de ser más económico que el producto importado, la empresa brinda un servicio adicional como el contacto directo con el cliente, la realización de simulacros, ensayos y evaluación del producto.
Los espumígenos se pueden almacenar en tanques entre 10 y 15 años. "Hay un mercado de reposición de productos pero lo que se nota ahora es falta de nuevos proyectos, trabajamos sólo para reabastecer a nuestros clientes", cerró.
Las espumas químicas tienen otro uso además de ayudar a combatir incendios. Cuando un pozo de gas tiene presión, se forma una columna de líquido (agua y condensado) que obtura la salida del fluido. En esos casos se utiliza el espumígeno para alivianar la columna de líquido.
"Hicimos un desarrollo para Total en los yacimientos Aguada Pichana y Aguada San Roque, donde el producto cumplió con los requerimientos de la empresa y nos permitió participar en una próxima licitación. También Petrobras es comprador del producto para ese uso específico", detalló José Capeans.
Sobre la actualidad de la industria petrolera dijo que se nota "una baja de la actividad, pero que no es comparable con la que están padeciendo en otros países".
El empresario ponderó el incentivo al crudo local que desde hace más de un año rige en Argentina. "El hecho de que el barril de petróleo tenga un precio subsidiado ha ayudado mucho a, por lo menos, sostener las inversiones. La demanda de nuestros productos se ha mantenido", explicó. Juan pablo Grigioni